lunes, 23 de marzo de 2015

Cuaresma y Gastronomía - La bula de Meco

La Constitución Española de 1978, en su artículo 16, garantiza la libertad religiosa, por tanto, es el prisma sobre el que hemos realizado este trabajo sin entrar en proselitismos a favor o en contra de ninguna creencia.

El color morado es símbolo de penitencia y es el que se usa durante la Cuaresma. El Papa Francisco celebrando con casulla morada. Foto liturgiapapal.blogspot 

El periodo cuaresmal es una época en el que determinadas recetas culinarias tienen un mayor protagonismo que en otra época del año, pues la Religión Católica contempla diversas reglas que tienen que ver con la comida al igual que ocurre en otras religiones, como la judaica y la musulmana, por citar algún ejemplo, con su consideración sobre la carne de cerdo.

Catecismo de nuestra época juvenil

Los que ya peinamos canas, estudiamos de niño el Catecismo, también conocido por “el Ripalda” (1). En él, al tratar sobre los Mandamientos de la Santa Madre Iglesia, indicaba que el cuarto era “Ayunar cuando lo manda la Santa Madre Iglesia”. Al entrar en los detalles, decía que el ayuno era en los días de Miércoles de Ceniza y Viernes Santo, y la abstinencia de comer carne o caldo de carne el Miércoles de Ceniza y todos los viernes del año (2).


Hojas de la Bula

Quienes podían costearse la Bula de la Santa Cruzada, popularmente conocida como “la Bula”, cuyo costo oscilaba en función de las posibilidades económicas de cada uno,  tenían la facultad permisiva de comer carne excepto en los días mas señalados, lo que en definitiva suponía mediante una aportación económica el indulto de la abstinencia a la vez que era también un óbolo para el sostenimiento de las iglesias. Durante las celebraciones litúrgicas el sacerdote recordaba que se podía adquirir la Bula en la sacristía de la parroquia, además de avisos indicativos en todas las puertas de entrada que tuviera la iglesia. La Bula desapareció en 1966 al suavizar el papa beato Pablo VI las normas de ayuno y abstinencia (3).

En los años ochenta el dueño de una carnicería me comentaba que, a pesar del tiempo transcurrido desde la relajación sobre la normativa eclesiástica de abstinencia, notaba considerablemente el descenso de las ventas en su tienda durante la Cuaresma y decía ¿cómo es posible no poder tomar algo de embutido y sí en cambio “inflarse” a mariscadas o productos alimenticios de alto costo?

Cuaresma
Es un periodo litúrgico de cuarenta días, excluido domingos, que se calcula de la siguiente manera (4):
1) Primer domingo posterior a la primera luna llena de primavera que es el que se establece para Domingo de Pascua de Resurrección.
2) Contar cuarenta días antes del Domingo de Resurrección excluyendo los domingos, que es el que se establece para Miércoles de Ceniza.

Miércoles de Ceniza, inicio de la Cuaresma. El Papa Benedicto XVI antes de ser Emérito, recibiendo el rito de la ceniza. Foto teinteresa.es

Domingo de Resurrección, procesión del encuentro en Móstoles. Foto teleprensa.com

El Domingo de Resurrección es el día grande de la Religión Católica y, tras el periodo de abstinencia llevado durante la Cuaresma, se hizo costumbre desde tiempo inmemorial en muchos pueblos de España el ir de romería al campo a comer cordero y el hornazo, lo que significaba volver a probar la carne.

Ermita de la Virgen de la Nueva en San Martín de Valdeiglesias. Foto Ayuntamiento de San Martín de Valdeiglesias

Hornazo de Chinchón

Las comidas campestres eran mayoritariamente el domingo de Resurrección y el lunes de Pascua, aunque después de estas dos fechas principales las seguía habiendo hasta llegar al 15 de mayo, día de San Isidro, patrón de los agricultores que, salvo alguna excepción, era el punto final al periodo de romerías puesto que el aumento de la temperatura las hacía menos propicias para celebrarlas. Centrándonos en las fiestas de Pascua de la  Comunidad de Madrid podemos citar el hornazo de Chinchón y la romería de San Martín de Valdeiglesias en honor de la Virgen de la Nueva.

Gastronomía de Cuaresma
En las mesas donde se cumple con la abstinencia, el bacalao y los garbanzos son, sin ninguna duda, los protagonistas gastronómicos de este tiempo. Esta forma de alimento en los días de Vigilia dio lugar a acuñar dos frases “Comer de viernes” o “Comer de Vigilia”.

El bacalao en su habitat natural. Foto publico.es

Soldaditos de Pavía. Foto pequerectas.com

El bacalao esta presente de muy variadas formas: patatas con bacalao, potaje, con verduras, albóndigas, soldaditos de Pavía, etc (5).

Potaje. Foto misthermorecetas.com

El potaje de garbanzos, sustituto del cocido, añadiéndole espinacas y bacalao según el poder adquisitivo de la familia.

En la cocina de Cuaresma, además están las sopas de ajo; guisos de legumbres con judías y lentejas; pescado, que en muchos hogares fue a base de sardinas, bien frescas o bien arenques, además del ya citado bacalao, por no estar su precio al alcance de todos los bolsillos; y verduras en diferentes variedades, por separadas o en pisto.

Torrija. Foto Wikipedia

En cuanto a dulces están como principales las torrijas, bien con leche o bien con vino, y el arroz con leche.

La Bula de Meco

Meco, vista general parcial con su impresionante iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción en primer término. Foto elpais.com

Las indagaciones sobre el asunto de la Bula de Meco ha sido el origen del presente artículo Cuaresma y Gastronomía, a raíz de oír y leer en medios periodísticos que “Meco puede comer carne los viernes por una bula papal”, lo cual no es cierto. Una vez mas ha vuelto a suceder que el error de alguien ha sido copiado por otros que no se han  preocupado de verificar tal aseveración dando lugar a tergiversar la realidad.

Meco, iglesia de Nuestra Señora de la Asunción vista desde la calle Ave María. Foto Wikipedia

La Bula de Meco fue publicada en un opúsculo por Adolfo Aragonés el 1 de Diciembre de 1918 y se halla recogida como un artículo mas en el Boletín de la Real Academia  de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, conservado por el Centro de Estudios de Castilla-La Mancha, pero antes de entrar en su detalle vamos a transcribir lo que define por bula la Real Academia Española: “Documento pontificio relativo a materia de fe o de interés general, concesión de gracias o privilegios o asuntos judiciales o administrativos, expedido por la Cancillería Apostólica y autorizado por el sello de su nombre u otro parecido estampado con tinta roja”.

Papa Inocencio VIII

La Bula está expedida por el papa Inocencio VIII (papado 1484-1492) a favor de la villa de Meco y otras poblaciones colindantes por hechos realizados por el Conde de Tendilla que era Señor de Meco.

Inocencio VIII, Siervo de los Siervos de Dios, para perpetua memoria. Por la acostumbrada clemencia de la Sede Apostólica, y por disposición de la Sacrosanta Iglesia, usando de benignidad y mansedumbre y templando sus rigores, se han establecido aquellas cosas que, atendiendo a la necesidad de lugares y personas, se han creído saludables y convenientes.
Por lo tanto, nuestro amado hijo y noble varón Iñigo López de Mendoza, Conde de Tendilla, y destinado como orador de los muy ilustres y amados en Cristo, Fernando e Isabel, Reyes de Castilla y de León, cerca de Nos acaba de hacernos presentes que, encontrándose a gran distancia del mar, y habiendo, por consiguiente, la escasez de pescados, para que puedan cómodamente sustentarse los días de viernes y ayunos los vecinos y demás moradores de los lugares de Tendilla, de Mondéjar, de Mira el Campo, de Illana, de Fuente el Viejo, de Meco, de Azañón, de Loranca y de Aranzueque, sitos en la Diócesis de Toledo y de Cuenca y sujetos a su señorío temporal, sería muy conveniente que se estableciese que los vecinos y moradores de dichos lugares que en ellos residieren, pudiesen, en los citados días, comer algunos lacticinios, consultando así el provecho y utilidad de los mismos.
Y así, de parte de dicho Conde, que afirma ser sobrino de nuestro amado hijo Pedro, Cardenal Presbítero de la Santa Cruz de Jerusalén, nos fue humildemente suplicado que estableciésemos y mandásemos que fuera lícito a los vecinos y moradores sobredichos el comer, en los citados días de viernes y de ayunos, huevos y demás lacticinios y que nos dignásemos además, por nuestra benignidad Apostólica, proveer sobre esto lo mas útil y conveniente.
Nos, por lo tanto, en atención a los favores que Nos y la Santa Sede Apostólica, hemos recibido del mismo Conde, y apagar los escándalos y disensiones recientemente ocurridos, y por otros conceptos, siendo nuestra voluntad proveer, con paternal afecto, a la comodidad y utilidad de los vecinos y moradores de los antedichos lugares, atendiendo a sus humildes ruegos y al tenor de las presentes, y en virtud de nuestra Autoridad Apostólica, ordenamos y mandamos.
Que todos y cada uno de los vecinos y moradores de los dichos lugares, sea cual fuere su sexo, tanto los que lo son ahora como los que lo fueren en adelante, y los que en dichos lugares tuvieren casas o accidentalmente morasen, tanto en los días de viernes como en los demás de ayuno, ya sea de precepto, ya sea de costumbre, excepto en la Cuaresma, y aunque esos mismos vecinos y moradores en los dichos días se encuentren casualmente fuera de los citados lugares, pero en otros distantes del mar cien millas, o sea treinta leguas, puedan, en ambos casos, libre y lícitamente, comer huevos y lacticinios, sin que se entiendan que por esto quebrantan el ayuno o incurren en pecado alguno, sobre lo cual concedemos una plena facultad a los vecinos y moradores de usar a su placer esta licencia, sin que obsten ni sea impedimento para ello cualquiera ordenaciones o Constituciones Apostólicas, o Concilios sinodales generales o provinciales, o cualquier otras disposiciones en contrario.
A ningún hombre, pues sé lícito infringir este mandamiento de concesión, ni mucho menos derogarle con temerario intento.
Sí alguno, pues, intentase cometer tal atentado, por eso crea haber incurrido en la indignación de Dios omnipotente y en la de los Apóstoles San Pedro y San Pablo.
Dada en Roma en San Pedro, año de la Encarnación del Señor de 1487, a 4 de los idus de Mayo, año tercero de nuestro Pontificado.- Gratis por mandato de nuestro Señor el Papa.- A. de Urbino.- L. de Castillo,- Santiago de Borms,- Juan Larevando” (6).

La existencia de la bula, dio lugar a la frase de gramática parda “No valer ni la bula de Meco” cuando algo resulta extremadamente complicado de resolver o el asunto es muy grave.

Papa Clemente XIV 

Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Foto Google

Nave de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Foto Wikipedia 

Las relaciones de Meco con el papado surgieron nuevamente cuando el Papa Clemente XIV (papado 1769-1774) dictó una orden el 12 de Septiembre de 1772 reduciendo el número de iglesias que podían servir de asilo a los perseguidos, siendo la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción una de las que lo siguió conservando, todo ello como consecuencia de las quejas que le hizo llegar el rey Carlos III por los numerosos malhechores que se refugiaban en ellas para evitar ser detenidos.

-.-.-

Agradecimientos
Al Sr. Cura Párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Meco perteneciente a la diócesis de Alcalá de Henares, por la amabilidad en confirmar que las investigaciones que había realizado sobre la Bula de Meco eran ciertas.

Autor: José Manuel Seseña

En el blog Historias Matritenses participa y colabora Ricardo Márquez

Notas:
(1) Su autor fue Jerónimo Martínez de Ripalda, jesuita (Teruel 1536 – Toledo 1618), basado en preguntas de inicio y respuesta a continuación. Esta forma dio lugar a una frase de gramática parda cuando alguien hacía demasiadas preguntas “Preguntas mas que el Ripalda”.
(2) Los días de ayuno y abstinencia y los de abstinencia solamente, han ido variando en disminución a lo largo de los siglos.
La Conferencia Episcopal Española, en base a su potestad, tiene determinados los que en el momento actual son días de ayuno y abstinencia y de abstinencia solamente, disposiciones que no detallamos por exceder del espacio destinado a este artículo.
(3) El lector que quiera profundizar sobre esta cuestión, le recomendamos la lectura del ABC de 26-02-1950 donde se detallan las condiciones de la Bula, y del ABC de 04-12-1966 donde se indica su supresión.
El privilegio de la Bula dio lugar a otra frase de gramática parda “Tener bula”, para alguien que tenía ventaja sobre los demás.
(4) El número 40 es muy habitual en los textos bíblicos, uno de ellos el que se cita el periodo de días que Jesús permaneció en el desierto.
(5) El bacalao es un pescado que tiene innumerables recetas. En nuestro vecino Portugal hay un dicho que dice “faltan días en el año para poder hacer todas las recetas de bacalao que hay”.
(6) La fecha de la bula equivalente al calendario actual es la del 12 de Mayo.

jueves, 12 de marzo de 2015

La fuente de la Puerta del Sol o de la Buena Suerte


El agua en Madrid
Madrid es casi la única gran ciudad europea que no tiene un río importante. Para proveer a sus habitantes del líquido elemento la Villa y Corte contaba con el río Manzanares, numerosos pozos y con los viajes del agua que eran los que aportaban la mayor parte del agua a la ciudad, pero a todas luces eran insuficientes y su carencia era un obstáculo para el crecimiento de la ciudad.

Rótulo de azulejos actual de la Puerta del Sol con La Mariblanca encima de la Fuente de las Arpías. Foto: Wikipedia.

Desde 1750 se plantearon varios proyectos para hacer llegar más agua a la capital, firmando en marzo de 1848 la reina Isabel II la Real Orden para la construcción de un canal para la traída de las aguas del río Lozoya a Madrid, según los planteamientos elaborados por Juan Rafo y Juan de Ribera y siendo Ministro de Comercio, Instrucción y Obras Públicas Juan Bravo Murillo; de ahí que el plan se conociera popularmente como "El de los Juanes".

La Mariblanca. Grabado del Museo Municipal.

Con la colocación de la primera piedra en la presa de El Pontón de la Oliva en agosto de 1851, dieron comienzo las obras para la canalización de los 94 kilómetros con los que contaba el Canal. En las actuales oficinas del Canal de Isabel II, en la calle Santa Engracia, se construyó el inmenso depósito del "Campo de Guardías". Desde allí mediante galerías y tuberías se trazaron las arterías principales de distribución: San Bernardo a la calle Toledo, Fuencarral a Atocha, y una transversal de Bailén a Neptuno; a la vez que se construía un alcantarillado capaz de soportar el nuevo caudal.

Grabado mostrando La Mariblanca con distinta peana frente a la iglesia del Buen Suceso.

Para hacernos una idea mencionaremos que Madrid antes solo contaba con 3.000 metros cúbicos diarios de agua, pasando con el Canal a tener 81.125 metros cúbicos. Tras casi siete años de duros trabajos y grandes obras de ingeniería, el día 1 de junio de 1858 a las 6 de la mañana llegó el agua del Lozoya al depósito del  "Campo de Guardias".

Puerta del Sol con La Mariblanca. Año 1841.

Puerta de Sol en sentido oeste. Año 1842.

La fuente de la calle Ancha de San Bernardo
El día 24 de junio de 1858, a las 8,30 de la tarde, se hizo la inauguración oficial de la llegada del agua del serrano río Lozoya por medio del Canal de Isabel II hasta la fuente instalada en ex profeso para tan significativo acto en la calle Ancha de San Bernardo, aunque el pueblo madrileño, siempre atento, pudo ver las pruebas de la fuente el día 1 de junio de 1858 a las 12,30 horas de la noche, cuando se puso en marcha  para los consejeros del Canal, así como también el día 17 de junio al hacerse otra prueba con "luz eléctrica" instalada sobre el portillo de Fuencarral.

Esculturas del depósito del Campo de Guardias. Foto: J.L. de Diego - Madripedia.

Óleo de Eugenio Lucas y Padilla. Fuente de la calle Ancha de San Bernardo el día de su inauguración. Museo Municipal.

El primer acto del día 24 de junio fue la visita de la comitiva Real a los depósitos este y oeste del Campo de Guardias, donde se hizo la bendición, se dieron discursos y se inauguró la fuente monumental con las figuras alegóricas a la agricultura y a la industria en la parte oriental del depósito y que todavía hoy están allí. De inmediato la comitiva partió a la fuente de San Bernardo. El gentío fue tremendo, según la prensa "La calle Ancha, como las que en ella desembocan, se han hallado obstruidas por la numerosísima concurrencia que presenciaba embebida los grandes surtidores", y tal fue el éxito que la fuente estuvo echando agua a gran altura durante 15 días. Dependiendo del viento se podía ver únicamente el chorro central o una neblina que ocupaba todo el ancho de la calle. El sumidero no daba abasto, por lo que las calles San Bernardo, Noviciado y de Los Reyes se inundaron -según los periódicos el nivel llegó a alcanzar en algunos momentos hasta la rodilla de los vecinos-; yendo a parar el agua a la plaza de San Marcial -actual plaza de España-, y por este motivo se dio la orden de desmontar la fuente de forma inmediata.

Fuente de la calle Ancha de San Bernardo, El Museo Universal, 1858

Foto de la fuente de la calle San Bernardo. Obsérvese el pilón de la izquierda que se superponía en el principal. Atribuida a Laurent. Archivo del Canal de Isabel II.

La fuente de la Puerta del Sol
Sin duda la fuente por excelencia de la Puerta del Sol fue "La Mariblanca", que permaneció en ella desde 1625 hasta 1847 -cuando se trasladó a la cercana plaza de las Descalzas por las obras de la Puerta del Sol-. La Mariblanca estuvo de distintas formas: sobre varios pedestales y diferentes lugares dentro de la plaza.



Distintas tomas de la fuente en la Puerta de sol en sus primeros días. Obsérvese que la fuente tan solo tenía una cascada de desagüe y la cantidad de agua que caía fuera.

Justamente dos años después de la inauguración oficial de la fuente de San Bernardo, es decir el 24 de junio de 1860, fue puesta en funcionamiento nuestra protagonista. Con esto se daba por concluida la tercera fase de traídas de aguas a Madrid y con tal motivo se construyó "La fuente provisional de la Puerta del Sol" calificada así por todos. Se trataba de un pilón con 18 metros de diámetro y 72 de circunferencia, y con un surtidor de 7 centímetros, mayor que la fuente de la Red de San Luis e igual que la de la calle Ancha de San Bernardo.

Planos de la nueva fuente de la Puerta del Sol, con dos desagües. Año 1862. Plano: Juanjo-Urbanity.

La nueva fuente flanqueada por farolas. Foto: Laurente. Hacía 1862.

Toma con la calle Arenal detrás de la fuente. Foto: Clifford. Hacía 1862.

Vista general de la plaza una vez acaba las reformas.

Todavía no había vías de tranvías. Como vemos el agua podía salir en un solo chorro o en diversos surtidores.

Grabado de septiembre de 1869.

Por cierto, debemos de hacer un inciso para demostrar que la fuente de la Puerta del Sol no era la misma que la fuente de San Bernardo, dato que ha sido repetido infinidad de veces. La fuente construida en San Bernardo era un pilón circular con otro más pequeño en forma de semicircunferencia que se introducía en el principal haciendo cascada a favor de la vertiente de la calle. El surtidor central tenía un caño de 9 centímetros, y 16 surtidores más pequeños de cuatro centímetros, construidos en hierro. En mayo de 1860 autoridades del Canal informaban que en la fuente de la Puerta del Sol se pondría "el caño fuerte de agua" que estuvo en la calle Ancha de San Bernardo, o lo que es lo mismo, solo el surtidor principal. Sin embargo en otros lugares se habla de que el surtidor de Sol era igual al de San Bernardo pero no el mismo, informaciones contradictorias, pero si parece que confirman que solo se trasladó el surtidor principal. Como veremos a continuación se renovaron los surtidores o se perdieron. Hay que tener en cuenta que las primeras válvulas y surtidores no estaban previstos para soportar la nueva presión con la que llegaba el agua a Madrid por lo que tuvieron que ser rediseñados al poco tiempo. De hecho el día 28 de julio de 1860 se reemplazó el aspersor principal por uno de mayor diámetro que elevaba el agua por encima de los 30 metros, siendo tal la cantidad de agua que los sumideros de la calle Arenal rebosaron y el agua llegó hasta la plaza de Isabel II.

Detalle del surtido. Detrás la calle Preciados.

Casi un mes después, la Academia de Bellas Artes de San Fernando se ofreció al Ayuntamiento para realizar un concurso para hacer un monumento conmemorativo en la Puerta del Sol sobre la victoria de las tropas españolas en África. Mientras los madrileños se divertían pasando cerca de la fuente y refrescándose con el rocío que desprendía el gran chorro aquel caluroso julio de 1860. No en vano durante todos los años posteriores siempre se dio la orden de abrir el caudal a tope durante el verano. En 1860 la Puerta de Sol estaba en obras y la instalación de la fuente fue esgrimida para aplacar el calor, aunque los que estaban en contra de ella decían que lo más adecuado hubiera sido instalar bocas de riego para que se llevaran el polvo existente.

Año 1885

En enero de 1862 se acometieron obras para reforzar la base de la fuente, considerándola todavía provisional, pero curiosamente las obras fueron presentadas como "las de la nueva fuente de la Puerta del Sol", por el Ayuntamiento. La novedad fue que se colocaron dos farolas equidistantes a la fuente y se hicieron grandes aceras que remataban la gran reforma de la plaza.

Durante 1873 y 1874 hubo quejas pues el pilón tenía mucho verdín y mal olor. Esta fue la excusa para que a principios de 1875 los concejales entraran en discusión para la sustitución de la fuente por una estatua de Isabel la Católica sobre un gran pedestal, o bien un monolito o una gran farola. No obstante en agosto de 1875 se hicieron obras de mantenimiento y mejoras en la fuente, poniéndose nuevos surtidores de agua, que reemplazaron a los anteriores.


Dos tomas en las que se aprecian perfectamente los juegos de aguas y el ajetreo de la Puerta del Sol. Año 1892. Foto: Colección Salvador Alcazar.

De nuevo en 1887 "La Comisión de Policía Urbana" se propone quitar la fuente y poner en su lugar un gran kiosco de hierro y cristal: "que servirá de salón de descanso, retretes, despacho para encargos, fiambres y refrescos", pero la opinión pública se echó encima del proyecto pues el lugar recibía los rayos del sol todo el día y no se consideraba muy higiénico, además de poco útil.

Los tranvías surcando la Puerta del Sol, la fuente ya estaba rodeada. Año 1893. Foto: Colección Salvador Alcázar.

En la noche de San Juan los madrileños se acercaban a la fuente y al son de las doce campanadas se mojaban la cara en el pilón -alguno se metía dentro-, diciendo la tradición que los mojados tendrían un año de suerte y desde entonces fue conocida por "La Fuente de la Buena Suerte".


Ejemplos de las caricaturas publicadas en 1895 en la prensa sobre la gran columna.



Boceto de la reforma de la Puerta del Sol propuesto en 1894. Juanjo de Urbanity.

En junio de 1894 se sacó a concurso el diseño de una gran farola (columna de piedra con un faro arriba), para sustituir a la fuente. El concurso fue ganado por Salaberry y Agustín Querol, pero la opinión pública se mofó de la farola y no fue instalada, sopesando entonces poner el reloj de Gobernación en lo alto de la columna con cuatro esferas a los puntos cardinales iluminadas desde dentro. Sin embargo esta vez la fuente si que estaba sentenciada. El agua que desprendía los días de viento y la alta ocupación de los tranvías de la plaza fueron los argumentos esgrimidos para retirarla y a su vez se pretendía erradicar la tradición de la noche de San Juan.

Así el día 15 de enero de 1895 comenzó su desmontaje. Curiosamente en abril de ese mismo año el Retiro se quedó sin agua al parecer por las obras para quitar la fuente de la Puerta del Sol. La noche de San Juan los madrileños fueron a La Cibeles a mojarse al son del reloj del Banco de España.


La prensa madrileña despedía así a la fuente:

"La fuente de la Puerta del Sol
En medio de la plaza
de España centro y que del Sol es Puerta, 
no se ve de la fuente la gran taza 
de rizos de agua y de esplendor cubierta.
La que fue nacional palanganero
y asiento circular de piedra oscura
de tanto raída y tanto pordiosero,
de la piqueta al son, rompió su hechura.
........
Autor: Salvador Rueda
Publicado en el periódico El Liberal. Diciembre de 1895."

La fuente en la Glorieta de Cuatro Caminos
En septiembre de 1897 se acordaron de nuevo de la fuente y la buscaron un nuevo emplazamiento, bien en el Retiro, en Atocha frente al Ministerio de Fomento, o en el paseo de San Antonio de la Florida. Pero la sorpresa saltó pues desaparecieron varias piedras de la fuente que estaban depositadas en el Parque del Oeste, valorándose la reposición de las mismas en 75.000 pesetas, un dineral para aquella época.

La fuente a medio montar en Cuatro Caminos. Fecha: 12 de noviembre de 1912. Foto: Museo Municipal.

Algún chapuzón se daban los chavales de Cuatro Caminos en al fuente. Junio 1917. Mundo Gráfico (BNE).

Cuatro Caminos. El surtidor estaba metido entre grandes piedras. Año: 1920. Foto: Museo Municipal.

Pero el tiempo pasó y en enero de 1913 se encontraban las piedras en la glorieta de Cuatro Caminos a medio montar, y al decir de las crónicas llevaban allí desde hacía varios años y el agua no se veía por ninguna parte. Las piezas no fueron marcadas al desmontarlas por lo que se debieron de utilizar fotos para ver su composición original y se tuvo que encargar las piezas desaparecidas a las canteras de Colmenar Viejo. Además faltaban varios de los surtidores que no pudieron ser montados. Hasta marzo de 1914 la Dirección de Fontanería no acabó la instalación de la fuente de la Puerta del Sol en la glorieta de Cuatro Caminos, alcanzando el chorro principal una altura máxima de 20 metros.

Empezando la desinstalación de la fuente en la glorieta de Cuatro Caminos. Hacía 1932. Foto: Fundación Telefónica.

Cuatro Caminos sin la fuente. Febrero de 1934. Foto: Alfonso (AGA)

De nuevo nuestra vieja fuente entorpecía el tráfico creciente y este fue el motivo para poner sobre la mesa del Ayuntamiento su traslado. En febrero de 1934 se decidió instalar "La Fuente de la Suerte" en la glorieta de entrada a la Casa de Campo que recientemente había sido cedida al consistorio madrileño, y por suerte (o por su suerte), allí sigue.

La fuente en su ubicación actual en la Casa de Campo. Foto: Carlos Viñas

En 1950 se instalaron otras dos pequeñas fuentes adaptando la Puerta del Sol al tráfico de vehículos. Foto: Colección Anmogon.

Vista de la Puerta del Sol. Febrero 1954. Foto: Arte Fundazao de Flickr.

Año 1964. Foto: Teodoro Naranjo Domínguez (Juanjo de Urbanity).

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Autor: Ricardo Márquez
En este blog también colabora José Manuel Seseña