domingo, 31 de enero de 2010

Rememoración del Colegio Santa Luisa de Marillac – Ciudad Lineal

Paisaje perdido
El ABC del 8 de mayo de 1960 informaba que con motivo del Día Universal del Niño en esa fecha se iba a inaugurar un internado: “El internado de menores está instalado en el edificio 242 de la calle Arturo Soria, y se denomina Institución Santa Luisa de Marillac. Pertenece, al igual que otros similares, a la Junta de Protección de Menores, y acogerá a cien niños de cuatro a once años, que por diversas causas no pueden vivir en el seno de sus familias. Está regido por Hijas de la Caridad y un capellán.”

Como por ahora la búsqueda de documentación sobre este colegio apenas ha dado resultados, será mi memoria de niño allí internado la que deberá suplirla, ateniéndome sobre todo al carácter “urbanístico” de este blog.


Estuve en aquel centro entre noviembre de 1966 y diciembre de 1969, poco más de tres años. Por entonces vivía en una de las calles que desembocan en la plaza de Chueca y no conocía nada del barrio de Ciudad Lineal, conocimiento que seguiría siendo escaso, pues los niños apenas nos movíamos en ese entorno: ocasionales paseos por Arturo Soria arriba y abajo, juegos en algún descampado en las zonas traseras al colegio asombrándonos con unos pequeños insectos rojos y negros que llamábamos “zapateros”.

También formaba parte del paisaje de ese barrio tan diferente el recorrido en tranvía, que desde Plaza Castilla, y tras bajar por Caídos de la División Azul y subir la Cuesta del Sagrado Corazón, nomenclatura que resume una época, terminaba para mí justo en la primera parada que se realizaba al entrar en Arturo Soria, situada casi enfrente del colegio.

El atrezzo de la memoria se completa con altos pinos a lo largo de Arturo Soria, el barrizal que se formaba por todas partes en cuanto llovía, y en especial en la calle González Amigó donde se encontraba la entrada habitual al colegio, y en esa calle, no digo en la acera de enfrente porque no existía, las chimeneas con forma de cilindros segmentados que coronaban el entonces moderno edificio paralelo al colegio.

El resto del paisaje, el paisaje primordial, era el propio colegio.

Un conjunto con algo extraño
Ya entonces, estando allí, el colegio me daba la sensación de algo incongruente, que sólo mucho más tarde pensé que podía deberse a que se hubieran unido edificios de distinta época. La finca que ocupaba el colegio, de planta rectangular, la delimitaba por el norte la calle González Amigó y por el oeste la acera de los pares de Arturo Soria, mientras el sur y el este colindaban con otras parcelas. Dentro de la finca los edificios dibujaban una planta en forma de extraña U tumbada.

Formando la base de esa U, en la esquina formada por las calles citadas, se encontraba lo que parecía la parte más antigua de la edificación, rematada por un tejado a dos aguas muy puntiagudo, a la que se unían y prolongaban a lo largo de González Amigó dos pabellones sucesivos de dos pisos coronados por terrazas cubiertas por oxidadas techumbres, separados ambos por un portón metálico que permitía el acceso de vehículos, formando así uno de los desiguales lados de la U. El otro lado, totalmente interior a la finca, también salía de la edificación antigua y discurría en paralelo, dejando un pequeño patio entre ambas, pero sólo alcanzaba la mitad de su largura, justo hasta llegar a la altura del portón.

La entrada habitual al colegio se efectuaba a través del pabellón más alejado de Arturo Soria, destinado en exclusiva a la comunidad de monjas… con la excepción de un pequeño sótano en el que sentados sobre un gran cajón de madera nos pelaban.

El lado que daba a Arturo Soria lo formaba la pared lateral de la edificación antigua y su prolongación en una tapia en la que se abría una puerta metálica de doble batiente, coronada por un semicírculo en el que figuraba el nombre del colegio. Tras esta tapia había un pequeño y abandonado jardín. Esta puerta no se utilizaba casi nunca, y el desmayado jardín prácticamente nos estaba vedado.

La tapia, al llegar a la finca colindante, giraba noventa grados para separarla del colegio y, tras un nuevo giro, completaba su recorrido al llegar su vértice a González Amigó, cerrando así el rectángulo de la finca y separando de paso un pequeño chalet en ese lado.

La entrada al jardín por la puerta metálica debió ser antiguamente el acceso principal a la finca. Cuando penetrabas por allí encontrabas un pequeño sendero que inmediatamente giraba a la izquierda y terminaba en la fachada principal de la casona. Para acceder a ella tenías que subir una pequeña escalera que te daba acceso a una terraza, escalera y terraza circunvaladas por una balaustrada.

Esa terraza era uno de los elementos que más llamaba mi atención, un elemento casi irreal más propio de una casa de película que de cualquier otra que hubiera conocido. Lugar peculiar que asocio con juegos inspirados en las escasísimas películas que con un equipo precario y una sábana veíamos en el comedor, pues no había salón de actos; con unas señoronas que nos visitaban de tarde en tarde y que confusamente despertaban mi rencor; con interminables rezos del rosario todos parados en filas de las que se iban desgajando los castigados a ponerse de rodillas sobre el suelo de pequeños cantos incrustados en cemento…


En el centro de la fachada se abría la puerta, a cuyos lados la pared formaba dos ábsides. Entrando te encontrabas un hall en cuyo frontal había una vidriera, creo que con una escena del “Buen pastor”. A los dos lados se abrían puertas: la de la izquierda te introducía en la parte antigua y la derecha a la zona en que se unía con la parte moderna que se había adosado.

Cuando leí la noticia de que el colegio albergó cien niños me quedé sorprendido: para el espacio disponible suponía un verdadero hacinamiento, y la noticia era cierta, pues entre la poca documentación encontrada, en unas memorias de la Junta de Protección de Menores de finales de los sesenta se da esa cifra y se dice que todas las plazas están cubiertas. Eso explica la “polivalencia” que dieron a la planta baja del edificio antiguo.

Habían distribuido ese espacio en cuatro habitaciones de distinto tamaño. Las dos colindantes con Arturo Soria eran las más deseadas: la pequeñísima sala que servía de clase para los más pequeños, incrustada justo en la esquina, porque tenía un ventanal que te permitía ver la calle, rarísima excepción pues todas las ventanas que daban al exterior, al menos las del alumnado, eran de cristal opaco. La otra, más alargada, y también usada como clase, por la tarde se transformaba en sala para ver la televisión, colocada sobre un soporte y a resguardo precisamente en el hueco de uno de los ábsides.

Las dos habitaciones restantes tenían también un tamaño desigual: la que te encontrabas al entrar desde el hall era la más grande de las cuatro y se usaba como clase e “iglesia”, porque en su cabecera se encontraba un pequeño cuarto habitualmente cerrado que en domingos y “fiestas de guardar” se abría para desvelar una pequeña capilla con apenas cabida para el altar y el oficiante, mientras en consecuencia los feligreses ocupaban la clase.

Si en este recorrido volviéramos al hall y desde allí ahora optáramos por dirigirnos a la derecha, entraríamos en una zona intermedia, en la que se unían la casa vieja con las edificaciones nuevas. Primero quedará a nuestra derecha el otro ábside de la fachada, usado para poner allí un gran belén cada navidad, y si continuamos en línea recta accederemos a la parte moderna, en concreto al comedor, y a continuación de él, el llamado “ofis” y la cocina.

Si en vez de haber seguido de frente hubiéramos girado a la izquierda nos habríamos encontrado primero con una escalera para subir al piso superior y luego, al fondo, con un dormitorio. Había dos dormitorios, uno en el piso bajo y el otro encima en el alto, las típicas salas alargadas de tantas instituciones (colegios, cuarteles, hospitales…), con camas con el cabecero pegado a la pared y separadas entre si por pequeñas mesillas. En la entrada un pequeño habitáculo con un ventanuco con cortina permitía que la monja a la que le tocara vigilarnos pudiera controlarnos y tumbarse.

Ambos daban a González Amigó y ocupaban un pabellón nuevo. Sin embargo, la zona de duchas y aseos que les correspondían y les antecedían, se encontraban dentro del espacio del edificio viejo.

Por último, una parte esencial de aquel mundo eran los patios donde jugábamos. Se podrían distinguir tres espacios rectangulares que se escalonaban en tres planos descendentes, con su punto más alto en la calle Arturo Soria. El primero, el jardín, no sería propiamente un patio, y ya he dicho que apenas teníamos acceso. Le seguían en suave pendiente otro patio totalmente desnudo, delimitado por el pabellón del comedor y la tapia, y a éste, el último y más grande, el coincidente con el pabellón de las monjas y las tapias que nos separaban de las otras dos fincas. También despojado de cualquier brizna de vegetación, en la base del pabellón tenía una grada corrida de dos escalones.

Estos dos últimos patios se separaban por una pequeña cuesta, un salto en el que se encontraba el único elemento reseñable: una solitaria higuera rodeada por un redondel de cemento que la protegía y servía para sentarse, un superviviente que testimoniaba que allí se habían vivido otras vidas muy diferentes a las nuestras, como diferentes serán las que ahora se están viviendo después de que hace ya tiempo desapareciera este colegio…


Algunas preguntas
Con la Ley General de Educación de 1970 el franquismo abordó una reforma que quería dar respuesta a las necesidades de una sociedad moderna. Sin entrar en este tema, lo cierto es que se tradujo en una serie de problemas para la Junta de Protección de Menores y para este colegio en concreto, que se pueden intuir en los pocos documentos conservados en el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid.

El colegio Santa Luisa de Marillac era de las llamadas “instituciones propias”: la Junta de Protección contaba con un cierto número de colegios y centros, numéricamente muy inferior a la miríada de “instituciones colaboradoras”, otros colegios y organismos, a los que mandaba o en los que atendía a muchos niños y niñas que estaban bajo su tutela.

De las monjas recuerdo, de izquierda a derecha 1ª Sor Alegría, 4ª Sor Maria y 5ª la directora Sor Ángeles, de las 3 restantes creo que se llamaban, Sor Julia o Sor Raquel.


En el Santa Luisa de Marillac nos daban clase las monjas, y en esa época es muy dudoso que la mayoría tuviese titulación de profesoras, si es que alguna la tenía. Además, las exigencias de alumnado por clase, separación por edades, tamaño del aula, etcétera… que implicaba la nueva Ley, eran incumplibles por aquel centro en el que había primado el criterio de recoger y “amparar” al máximo posible de niños.
 

Por algún documento indirecto se puede pensar que, a mediados de los setenta, el colegio redujo el número de alumnos a unos ochenta y de ser un internado masculino pasó a femenino. ¿Ocurrió eso?


Foto de José Luis Aguilella Cebrián. Comentario: Al fondo puede adivinarse la balaustrada que hablaba Juanjo y que esta circunvalaba toda la "terraza de las piedras" que casi todos sufrimos en nuestras rodillas.



A todo ello habría que añadir que las edificaciones eran de muy baja calidad, cuando yo estaba allí no había transcurrido ni siquiera una década y el revoco exterior del colegio estaba lleno de desconchones, todos los elementos metálicos de protección y techado de las terrazas estaban totalmente corroídos por la herrumbre, todo respiraba ya un aire de viejo… lo que no ayudaría a su longevidad.

En esta foto de Alfredo podemos ver las vidrieras.

En el Real Decreto de febrero de 1984 que regula el traspaso de las funciones y servicios en materia de protección de menores del Estado a la Comunidad de Madrid, aparece citado el colegio entre lo traspasado, pero unos dos años antes pude comprobar que el colegio estaba cerrado y abandonado, ¿cuándo se cerró?, ¿cuándo fue demolido?

Imagen cedida por José Luis Aguilella Cebrián. Comentario: Para los mas nostálgicos y en especial a "TATOSIAN" los cromos que coleccionábamos por aquella época, seguro que alguno revivirá por unos segundos un viaje al pasado, y lo pagara el lagrimal.

Foto de Juan Vicente Serrano. Marzo 1962.

Foto de Juan Vicente Serrano. 1 julio 1963

 Foto de Juan Vicente Serrano. Campamento de Oriuela.  Agosto 1967

Se trata de las medallas que daban a final de curso a los primeros de cada clase,y es de la SAFA ,estas 2 se las dieron al compañero Francisco Gómez Aguilar. Foto: Juan Vicente Serrano.


La cartilla de escolaridad que nos hacían, año 1955. Foto y descripción: Francisco Velayos Carmona.

El recordatorio de la primera comunión del año 1957. Foto y descripción: Francisco Velayos Carmona.


En la tómbola, estoy con un primo mío que no estuvo en el colegio, se hacia en el colegio de las chicas, a las que se puede observar al fondo con los uniformes que llevaban. Foto y descripción: Francisco Velayos Carmona.

Foto del Hospital General de Atocha. Estoy con mi hermano Felisin y con mi madre en los jardines que había en la entrada. Foto y descripción: Francisco Velayos Carmona.

Foto dentro del hospital, las monjas del hospital eran las mismas de la Caridad que teníamos en S.L.M. y en la Safa. Foto y descripción: Francisco Velayos Carmona.

Patio de talleres que es donde se hacían las visitas los primeros domingos de mes en la Safa.  Foto y descripción: Francisco Velayos Carmona.


Autor: Juan José Barrero Menéndez

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Esta entrañable narración de Juan José es el preámbulo de una investigación que presentaremos en unos días. Confiamos en darle algunas respuestas a Juanjo, al menos que sepa quien vivió allí.

En este blog colaboran: Angel Caldito, José Manuel Seseña y Ricardo Márquez.

miércoles, 27 de enero de 2010

A vueltas por Madrid – Línea 6, la M-30 del Metro (I)

En 2.010 se cumplen quince años de la terminación de la línea circular del Metro de Madrid cuya conclusión transformó profundamente los hábitos de desplazamiento de los viajeros por las múltiples conexiones que posibilitó, siendo en la actualidad la mas utilizada. A lo largo de diversos capítulos iremos contando su historia.

El 10 de Mayo de 1.995 tuvo lugar la inauguración oficial del último tramo de la línea 6 del Metro entre Laguna y Ciudad Universitaria que la convertía en circular, añadiéndose Madrid al grupo de ciudades que tenía este tipo de servicio en su red de metro, entre las que podemos citar Glasgow, Londres y Moscú entre otras.

La realización de la M-30 del Metro, como fue denominada en ese momento, no resultó fácil. Fue un parto que duró 29 años desde que el primer tramo apareció en 1.966 hasta la inauguración del último, habiendo por medio planes posteriores con diferentes trazados del cierre circular al finalmente realizado[1]. Hagamos algo de historia.



La primera vez que se habló de una línea circular de metro para Madrid fue en 1.931 cuando el Ingeniero Alejandro Juanola Sagols publicó el 14 de Mayo un opúsculo con gran contenido político en el que proponía la construcción de un ferrocarril metropolitano subterráneo en gran parte, independiente de la Compañía Metropolitano de Madrid[2], como medio de mitigar el acuciante problema del paro obrero. Su idea cayó en saco roto pues el país no estaba financieramente en ese momento para acometer obras de esta envergadura y soportar el déficit de explotación que a buen seguro se hubiera producido de haberse llevado a cabo pues muchas de las zonas atravesadas eran escasamente generadoras de tráfico y otras siguieron siendo campos de cultivo hasta después de la Guerra Civil. Reflejamos este proyecto por tratarse de un trazado coincidente en mas del 50% con el que actualmente tiene la línea 6.

El estudio proponía un ferrocarril metropolitano que recorriese todas las Rondas, es decir de circunvalación, complementado con un ramal transversal norte-sur pues el este-oeste ya existía con la línea 2 y el ramal Ópera-Norte, ambos imprescindibles para poder conectar la línea circular facilitando mediante trasbordo la penetración al centro de la ciudad.



El trazado que propone de la línea de circunvalación indicado en el sentido contrario a las agujas del reloj es:

Plaza de Italia; Pedro del Bosch; Doctor Esquerdo; Francisco Silvela; Joaquín Costa; Raimundo Fernández Villaverde; Pablo Sarasate (actual Avenida de la Reina Victoria); Federico Chueca (vial inexistente); Paseo de la Florida; Estación del Norte; Paseo de la Virgen del Puerto; Estación de Goya, atravesando el Manzanares por el Puente del Rey aguas abajo; Estación Imperial, volviéndolo a atravesar por un punto medio entre los puentes de Segovia y San Isidro; Paseo Imperial, Paseo de Yeserías; Paseo de la Chopera; Plaza de Legazpi y Plaza de Italia. Total unos 20 kilómetros.


Paneles informativos en la estación de Pacífico. Foto César Mohedas.

Las estaciones las establece de tres formas: Estación normal (1), estación entre ambos metropolitanos (2) y estación de enlace con ferrocarril de mercancías y viajeros (3). Propone 20 cuyo detalle y características son las siguientes (el emplazamiento es aproximado y las denominaciones son actuales porque no indica sus nombres en el plano):

PLAZA ITALIA (2), con ramal de metro propuesto Sur-Norte.
PLANETARIO (3), con líneas de ferrocarril de Delicias y de circunvalación. Situada entre ambas vías.
PACÍFICO (2), con metro línea 1 Tetuán-Puente de Vallecas.
DOCTOR ESQUERDO-ALCALDE SÁINZ DE BARANDA (3), con línea del ferrocarril del Tajuña.
DOCTOR ESQUERDO-ODONNELL (1).
MANUEL BECERRA (2), con metro línea 2 Cuatro Caminos-Ventas.
FRANCISCO SILVELA-DIEGO DE LEÓN (1). Empalmará con el ramal de línea 2 Goya-Diego de León.
PLAZA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA (2), con ramal de metro propuesto Sur-Norte.
RAIMUNDO FERNÁNDEZ VILLAVERDE-ORENSE (1).
CUATRO CAMINOS (2), con metro líneas 1 y 2, Tetuán-Puente de Vallecas y Cuatro Caminos-Ventas.
GLORIETA DEL PRESIDENTE GARCÍA MORENO (1).
CIUDAD UNIVERSITARIA (1). Mismo emplazamiento que la actual.
PUENTE DE LOS FRANCESES (3), con ferrocarril Madrid-Irún. Situada por el lado del Parque del Oeste.
BOMBILLA (1). Situada entre el Puente de los Franceses y la cochera de tranvías.
SAN ANTONIO DE LA FLORIDA (1).
ESTACIÓN DEL NORTE (3), con ramal de metro Ópera-Norte y estación del ferrocarril Madrid-Irún.
ESTACIÓN DE GOYA (3), con ferrocarril de Almorox.
ESTACIÓN IMPERIAL (3), con estación Imperial. Situada en el Paseo Imperial cerca de Ronda Segovia.
PIRÁMIDES (1).
PASEO DE YESERIAS-PASEO DE LA CHOPERA (1).

Obviamos el detalle de trazado y estaciones del ramal Norte-Sur por no formar parte del tema que estamos tratando de Línea Circular.

Continuará.


Paneles informativos en la estación de Puerta del Ángel. Foto César Mohedas.

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Agradecimientos:
Al amigo César Mohedas por poner a mi disposición su impresionante archivo que hacemos extensivo en todas las sucesivas entregas que iremos publicando y que para no ser repetitivos no lo reseñaremos.


Autor: José Manuel Seseña.
En este blog también colaboran: Angel Caldito y Ricardo Márquez.


Notas:
[1] Hay una frase lapidaria que dice “El que olvida su historia está condenado a repetirla”. Cuando el metro presentó en 1.914 su plan de red, la última línea en construirse fue la de los Bulevares que se inauguró en 1.944, 30 años después pero a efectos de retraso efectivo habría que descontar los tres de la Guerra Civil por cuestiones obvias.
Mas de cincuenta años después la historia se volvió a repetir con la línea 6 de metro.
[2] Nueva denominación desde el 24 de Abril de 1.931 de la Compañía del Ferrocarril Metropolitano Alfonso XIII tras la orden de la República de hacer desaparecer en los nombres de las empresas toda referencia a la Monarquía abolida.

domingo, 24 de enero de 2010

Historias Matritenses en la prensa

El pasado 10 de Enero de 2.010 nuestro blog Historias Matritenses fue mencionado de manera favorable en el periódico La Razón, al hablar de los blogs, especialmente de los madrileños, algo que va en aumento.




Para los que hacemos este blog es un motivo de orgullo ser uno de los tres o cuatro citados, máxime cuando sabemos que hay algunos otros de indiscutible calidad. Esto implica una gran responsabilidad que asumimos con agrado para seguir siendo motivo de atención.

Este espacio está realizado con mucho cariño y es absolutamente independiente, sin conexión con entidades o grupos, ya sean públicos, privados o religiosos.

Esperamos seguir la misma línea, mostrando de forma divulgativa Madrid y Comunidad en sus múltiples aspectos, con especial hincapié en aquellas cosas que el paso del tiempo está a punto de borrar de la memoria y rehuyendo de tecnicismos innecesarios, presentando los temas sin dar opiniones o comentarios que siempre los pueden tergiversar.



Pero no sigamos hablando de nosotros, pues como dice el refrán “el ojo del amo engorda el caballo”, ya que los verdaderos protagonistas sois vosotros: nuestros lectores y colaboradores, pues sin vuestra presencia nada de lo que hacemos tendría valor.

Creemos que estamos de enhorabuena todos los que formamos y componemos la Madrid-blogs-fera, ..... después de todo ya hay más cosas de que hablar además del tiempo meteorológico (se entiende).

domingo, 17 de enero de 2010

Cercanías de Madrid, Exposición Ferroviaria en Príncipe Pío


Exposición Príncipe Pío. Material que circula actualmente en las Cercanías de Madrid. Series de izquierda a derecha: 465 “civia”, 450 “de dos pisos, 446, 440 reformada y 440 original. Foto Carlos Ruiz.


Material histórico preservado, unidad eléctrica serie 435 “Suiza”, conservado por la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid. Inauguró el primer túnel Atocha-Chamartín y prestó servicio de cercanías en Atocha para la línea de Andalucía. Foto Carlos Ruiz.


Material actual que circula en la línea de vía estrecha Cercedilla-Los Cotos. Estación de Siete Picos. Foto Paco Zabala

El último trimestre del año 2.009 que se nos acaba de ir ha sido pródigo en exposiciones en defensa y promoción del transporte público colectivo en Madrid como forma de desplazamiento: Octubre con el noventa aniversario de metro con actos conmemorativos en Nuevos Ministerios y Retiro, Noviembre con la inauguración del intercambiador de superficie de Plaza Castilla en el que se pudo contemplar una preciosa muestra de autobuses antiguos aportada por diversas empresas, y Diciembre con la celebración de los veinte años que Renfe hizo una reestructuración interna creando las unidades de negocio entre las que se encuentra la Unidad de Cercanías, pretexto que ha servido para exponer en Príncipe Pío el diverso material ferroviario que circula en las diferentes líneas de la red de cercanías de Madrid.


Taquillas de cercanías de la estación del Norte (Príncipe Pío), zona que hoy es la calle Maestro Sorozábal. Años 50. Foto Santos Yubero. Archivo Comunidad de Madrid

La exposición iba a concluir el pasado 27 de Diciembre pero fue prorrogada hasta el 5 de Enero y dio la impresión de haberse realizado con premura pues solo había seis paneles explicativos, cinco correspondientes al material expuesto y otro de la unidad suiza, propiedad del Museo Nacional Ferroviario que es conservada de forma ilusionada y cariñosa por la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid con sede en uno de los pabellones de la estación de Madrid-Delicias, que sirvió para que las personas que iban a intervenir en la inauguración se desplazaran desde Atocha a Príncipe Pío. Faltaron paneles de la situación de la red, realizaciones recién terminadas como Sol, ampliaciones en curso como Barajas y proyectos de futuro como el eje transversal, prolongaciones y duplicaciones que si llegan a materializarse en su totalidad serán motivo de orgullo para todos los que vivimos en la Comunidad de Madrid.


Zona de vías de cercanías de la estación del Norte con una unidad eléctrica serie 433 “pingüino”, preparada para hacer un servicio en la vía de la línea de Ávila mientras los viajeros esperan a que se sitúe otra en la vía de la línea de Segovia. Fuera de encuadre, a la izquierda, está la de llegadas. Años 50. Foto Santos Yubero. Archivo Comunidad de Madrid

El servicio de cercanías en España es anterior a la creación de la propia Renfe pues la compañía del Norte tenía los trenes a la sierra madrileña, las unidades eléctricas para los alrededores de San Sebastián y Barcelona, y los trenes formados con coches imperial en Valencia; la compañía M.Z.A con los coches “costa” en Cataluña y el “corto de Guadalajara”; y la compañía del ferrocarril del Triano que va por la margen izquierda de la ría de Bilbao, durante mucho tiempo la línea con mayor número de viajeros en su corto recorrido y que se la puede considerar la primera de tipo suburbano de España.


Unidad eléctrica 440 que empezó a circular en 1.975. Una serie emblemática en las cercanías de España que, hoy, dada su antigüedad, está en franca decadencia. Foto Paco Zabala

En las décadas de los años cincuenta, sesenta y setenta la Renfe editó unas pequeñas guías de tamaño apaisado con los horarios de cercanías tanto de verano como de invierno de Madrid y también de Barcelona. El plano de las líneas de Madrid incluía las provincias limítrofes y contenía los siguientes itinerarios:

-Madrid (Príncipe Pío)-Villalba-El Escorial-Avila.
-Madrid (Príncipe Pío)-Villalba-Cercedilla-Segovia-Hontanares [1].
-Cercedilla al Puerto de Navacerrada, posteriormente ampliada a Los Cotos.
-Madrid (Atocha)-Alcalá de Henares-Guadalajara-Sigüenza.
-Madrid (Atocha)-Aranjuez-Tarancón.
-Madrid (Atocha)-Toledo (ruta vía Aranjuez).
-Madrid (Atocha)-Toledo (ruta vía Villaseca) [2].
-Madrid (Delicias)-Talavera de la Reina.


Unidad eléctrica 440, serie que inauguró el Fc Aluche-Móstoles. Obsérvese que carece del remolque central ya que les fue retirado a todas las de la línea en previsión que ante una detención completamente lleno en la rampa de Cuatro Vientos no fuera capaz de reanudar la marcha ascendente. Foto colección Cesar Mohedas.

A estos itinerarios hubo que añadir después la nueva línea de Burgos con el tramo Madrid (Chamartín)-Robregordo y el cambio de Madrid (Principe Pío) por Apeadero Atocha en la mayoría de los destinos de las líneas de Avila y Segovia.


Unidad eléctrica de la serie 900. Este material bitensión partía del Apeadero-Atocha a 3000 v y al llegar a Pinar de las Rozas cambiaba a 1.500 v, tensión de Madrid-Norte a Ávila y Segovia. Foto Paco Zabala

Centrándonos solo en Madrid hay varias fechas que se pueden considerar clave para el servicio de cercanías:
-9 de Febrero de 1.946, fecha oficial de la inauguración de la electrificación Madrid-Ávila-Segovia, en la que entran en funcionamiento en Madrid las emblemáticas unidades eléctricas llamadas en el argot ferroviario “pingüinos”, utilizadas por los domingueros excursionistas para ir a la sierra. Durante muchos años fueron las únicas de Príncipe Pío y conocidas por todos.
-18 de Julio de 1.967, inauguración del túnel de Atocha-Chamartín que servirá tras las posteriores de Chamartín-Pinar de las Rozas, Chamartín-Burgos y Chamartín-San Fernando para que Madrid deje de ser estación término para convertirse en pasante. Es el verdadero eje integrador de la red de cercanías madrileñas.
-28 de Octubre de 1.976, inauguración oficial del ferrocarril Aluche-Móstoles. En principio una línea aislada con funcionamiento tipo metro y un extraordinario éxito sorprendió las previsiones oficiales pues hubo que ampliar posteriormente el túnel saco de Aluche, inferior a la longitud de las estaciones, para poder poner trenes mas largos. Es la primera línea madrileña de cercanías con servicio cadenciado que marca el camino a todas las demás.
-24 de Julio de 1.988 puesta en servicio de la estación de cercanías de Atocha en sustitución del Apeadero Atocha que se ha quedado obsoleto tras 21 años de funcionamiento. La nueva infraestructura se inauguró oficialmente tres días después y desde el primer momento se estructura como el corazón de toda la red de cercanías.
-9 de Julio de 2.008, inauguración del segundo túnel de Atocha-Chamartín que ha servido para descongestionar el antiguo, totalmente saturado. Su puesta en servicio, con cierta precariedad porque la estación de Sol no está terminada en ese momento y la de Alonso Martínez sin comenzar, ha reestructurado las líneas de cercanías afectando entre otras a las de Parla y Aranjuez que dejan de terminar en Atocha.
-27 de Junio de 2.009, inauguración de la estación de Sol, de gran aceptación por los madrileños, que ha servido para redistribuir los viajeros, muchos de los cuales terminaban su recorrido en Atocha para después continuar en otros medios de transporte.


Unidad diesel 591 “ferrobús” un modesto avance en cercanías para las líneas no electrificadas. Eran incómodos por la suspensión, fríos en invierno y calurosos en verano. En el corredor del Henares prestaron servicio con dos remolques intermedios formando unidades de cuatro coches. Foto Paco Zabala

En el futuro nuevas fechas pueden constituir hitos importantes en las cercanías, una la llegada a Barajas actualmente en obras avanzadas, otra la cesión de la gestión a la Comunidad de Madrid como ha sucedido en Cataluña el pasado 1 de Enero, y por último, a mas largo plazo, la del funcionamiento del proyectado eje transversal si finalmente se acomete su construcción.


Unidad diesel 592 “camello” por su forma del techo, supone una considerable mejora en las líneas no electrificadas. La imagen nos muestra la desaparecida estación de Atocha, ahora zona de Alta Velocidad, con tren dispuesto a efectuar un servicio a la línea de Cuenca o Talavera de la Reina. Foto Paco Zabala

Epílogo
La historia de las cercanías de Madrid, aún limitándola a los últimos veinte años, da mucho de sí y solo hemos dado unas breves pinceladas. En la actualidad las líneas se limitan al ámbito de la Comunidad de Madrid con dos excepciones, una Guadalajara y otra Illescas en fase de proyecto de prolongación desde Humanes.

Todas las infraestructuras provocan quejas de sus usuarios por su funcionamiento o por la prestación de servicios inherentes, pero lo mejor que se puede decir de ellas que todos quieren tener en su entorno autovía, estación de cercanías, ferrocarril de alta velocidad, boca de metro, parada de autobús, etc.

La progresiva concentración de la población española en las ciudades en detrimento del mundo rural ha dado lugar a la existencia actual de 10 núcleos de cercanías: Asturias, Barcelona, Bilbao, Cádiz, Madrid, Málaga, Murcia/Alicante, Santander, San Sebastián, Sevilla, Valencia, Zaragoza.

El objetivo de este trabajo ha sido recordar el diverso material de cercanías que prestó servicio en la Comunidad de Madrid creando las condiciones para que Renfe constituyera hace veinte años la Unidad de Negocio de Cercanías. Gran parte de él seguía funcionando también en otros puntos de España, como hemos querido resaltar al poner las fotos que se acompañan, experimentando a lo largo de su vida útil diversos cambios de pintura exterior.


Unidad del ferrocarril eléctrico de vía estrecha Cercedilla-Puerto de Navacerrada-Los Cotos que inauguró la línea en 1.923 y estuvo en funcionamiento hasta 1.973. Lamentablemente no se ha conservado ninguno tal cual a pesar de su singularidad y sabor de tren de montaña. Foto colección López Bustos.

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Agradecimientos
A Paco Zabala, Carlos Ruiz y César Mohedas por las fotos que se acompañan.

In Memoriam
De los 192 fallecidos y 2000 heridos, algunos con secuelas físicas irreversibles, que estaban en la fatídica fecha del 11 de Marzo de 2.004 en alguno de los cuatro puntos de la tragedia: Estación de Atocha, Estación del Pozo, Estación de Santa Eugenia y calle Téllez.


Autor: José Manuel Seseña.
En este blog también colaboran: Angel Caldito y Ricardo Márquez.


Notas:
[1] Como curiosidad figuraba los trenes que en Segovia tenían enlace con los autobuses a La Granja de San Ildefonso.
[2] Desaparecida para construir la línea de Alta Velocidad Madrid-Sevilla

domingo, 10 de enero de 2010

Cercedilla - Cine de Pueblo


Foto cedida por Enrique Seseña Molina

Hubo un tiempo en que algunos pueblos de la España rural recibían muy de tarde en tarde la visita de alguna modestísima compañía de actores dispuestos a representar algunas obras de su repertorio en la plaza de la localidad. Estas personas hacían los viajes de la manera mas precaria, en trenes de tercera, en autobuses de línea e incluso en carromatos, alojándose en pensiones vulgarmente llamadas de “mala muerte” sufriendo calamidades de todo tipo y sobre todo hambre para poder llevar el arte escénico a estos lugares recónditos porque las recaudaciones siempre eran exiguas. Su labor no fue apreciada y estaban mal considerados por su vida errante.

La construcción de salas de proyección de películas en las pequeñas poblaciones les supuso a los actores ambulantes una feroz competencia que dio al traste con todos ellos[1]. Pero nada en la vida es eterno y a los cines también les llegó la hora de su masiva desaparición[2] por culpa de la televisión que cada vez proyectaba películas con menos tiempo desde su estreno y sobre todo la creación de los video-clubs donde mediante alquiler se visionaban tranquilamente sentados en el sillón de casa sin los problemas de conseguir una buena entrada o dar vueltas y mas vueltas hasta encontrar un aparcamiento, no siempre gratis. A su vez a los video-clubs les salió Internet, un competidor aún mas agresivo que la televisión, y también desaparecieron pues resultaba imposible hacer frente a las descargas de películas de todo tipo, incluso las recién estrenadas o a punto de hacerlo.



Tras esta introducción retomamos el tema Cine de Pueblo, que son en esos lugares donde estas salas han desaparecido totalmente, convirtiéndose en tristes locales mudos de toda actividad o derribados para construir viviendas. En estos pueblos, en una época en que escaseaban los medios propios de locomoción y solo se utilizaban los colectivos para asuntos de necesidad, los cines cumplían la función de entretenimiento sin tener que desplazarse. En nombre de todos ellos vamos a hablar del Teatro-Cine Montalvo en Cercedilla, pueblo serrano de la Comunidad de Madrid, construido alrededor de los años cincuenta en la calle Fragua. El edificio en cuestión, situado en la parte baja de la población, tenía tres niveles y planta en forma de “ele”, a saber:

Nivel inferior: Se accedía por una escalera exterior desde el nivel medio hasta una hermosa terraza-velador en verano con vistas al mediodía. Desde la terraza a través de varias puertas se entraba al bar que contaba con un amplio salón con mesas, conocido por el “Casino” algo habitual en muchos de nuestros pueblos, que servía de baile en invierno pues la climatología no permitía actividades al aire libre[3].



Nivel medio: Era el mas importante para el cine, pues aquí se encontraba la entrada, tras la cual se accedía al vestíbulo principal donde estaba la taquilla que siempre expendía localidades numeradas. El despacho de entradas con muy buen criterio se situó en zona interior del edificio, al contrario de la mayoría de los cines que tenían la ventanilla hacia la calle, con lo que se evitaba que las esperas para adquirirlas fueran soportando las inclemencias del tiempo pues Cercedilla es un lugar de sierra donde las temperaturas son mas bajas y la posibilidad de lluvia es mayor.

En el vestíbulo, situado en el lado corto de la “ele” del edificio, estaba el acceso a las localidades de “abajo” y dos escaleras, una que bajaba al bar y otra que subía a las localidades de “arriba”.

Las localidades de “abajo” estaban en zona plana con pasillo central careciendo de pendiente por lo que si se estaba detrás de alguien alto había una visión de la pantalla algo condicionada. La pantalla estaba la derecha del pasillo de entrada que llegaba solo hasta el medio donde enlazaba con el central; había algunas localidades mas traseras situadas a la izquierda del pasillo de entrada.

Tras la pantalla había un escenario que era utilizado en las escasas ocasiones en que se hicieron sesiones teatrales.



Nivel superior: Tenía un vestíbulo de similar tamaño al del nivel medio y situado encima de él. Aquí había una puerta para ir a la cabina de proyección y otra para acceder a las localidades de “arriba”. Esta planta estaba en rampa y por tanto la visión de la pantalla era bastante buena. La distribución de localidades era la siguiente: un pasillo de entrada que llegaba hasta la mitad donde hacia la izquierda había un pasillo central que terminaba al pie de los huecos por donde se proyectaba la película. A la derecha dos filas completas sin interrupción, del ancho de la sala; la primera era considerada “delantera” con los mismos precios que las de “abajo”, casi siempre vacía, la segunda considerada de “arriba” con una estupenda visión.

Las funciones durante el verano eran dos diarias a las 19,30 y a las 23 horas, excepto los lunes que había descanso de personal, aprovechando el “tirón” de espectadores que suponía la gran colonia veraniega, pero durante el invierno eran mas restringidas pues únicamente quedaban en Cercedilla sus habitantes nativos, residentes todo el año. La programación cambiaba cada dos días de tal manera que a lo largo de la semana se podían ver tres películas, una los Martes-Miércoles, otra los Jueves-Viernes y otra los Sábados-Domingos. El cine se abría al público a las 19 horas siendo la contraseña para general conocimiento la puesta en marcha de su altavoz que transmitía diversas canciones, casi siempre de Nat King Cole con su trabajo Perfidia y otros de su repertorio. Entre ambas sesiones había tiempo suficiente para que su personal pudiera cenar[4].



El precio de las localidades durante los años sesenta fue de diez pesetas abajo y delantera de arriba y siete para el resto de arriba. La parte de abajo con mayor número de plazas que arriba, estaba generalmente mas solicitada, muchas veces por la “tontería” de algunos veraneantes que tenían que ir abajo porque consideraban que era de “ricos” y rehusaban ir arriba porque era de “pobres”. Sinceramente la visión de arriba era mejor que la de abajo pero ¡que pensarían los del chalet de al lado si no se iba donde estaban los demás de la colonia!.

El número de acomodadores era de tres, dos para abajo y uno para arriba. La misión de ellos eran colocar a los espectadores aunque estuviera todavía la luz encendida pues como se ha indicado, las localidades siempre fueron numeradas. Algunas veces había que esperar en la puerta a que regresaran de atender a otros. La costumbre como en los demás cines eran obsequiar con una propina.

El comienzo de la película se anunciaba con tres timbrazos espaciados para avisar al publico; igualmente ocurría para reanudar la película tras el descanso. La cabina de proyección solo tenía una máquina por lo que cuando se acababa el rollo se anunciaba intermedio en el que daba tiempo a estirar los pies y bajar al bar el que quisiera. La reanudación siempre perdía alguna secuencia con respecto al final de la primera parte.

La reglamentación no permitía pasar a menores a las películas no toleradas, pero en este cine alguna vez se hacía una pequeña excepción si se estaba próximo a la edad y se iba acompañado de mayores[5]; no obstante en alguna ocasión alegaban para no dejar pasar el carácter de la película o que habían sido llamados la atención por la Guardia Civil que unas veces lo hacía por decisión propia y otras por comentarios del cura párroco[6].

Se publicitaban las películas colgando dos pizarras en la “Carretera” que a pesar de tener diversos nombres en su trazado era conocida por esta denominación genérica. Una, en el lado derecho de la carretera, estaba en el centro del pueblo en la pared de una bodega que hacía esquina con la calle Fragua y la otra, en el lado izquierdo, estaba en la Colonia de la Cuerda, a la entrada de la población donde había algunos establecimientos de alimentación. Las pizarras tenían pintado de forma fija el nombre de Cine Montalvo y a continuación, con tiza el nombre de la película[7], las sesiones, algún actor y si era tolerada; y junto a ellas diez o doce carteleras, algo desaparecido en la actualidad, donde se mostraban algunas escenas de la cinta. En ambos lugares eran puntos de parada del autobús de línea Madrid-Cercedilla de la empresa Larrea que en el portaequipajes llevaba un saco en el que iban las películas a proyectar en fechas próximas con sus carteleras correspondientes.



En el tiempo que estuvo en funcionamiento se pudieron ver toda clase de películas y actores, aunque con el lógico retraso al tratarse de un cine de pueblo que daba lugar a comentarios del tono de “Echan una película muy antigua”, sin comprender quien los hacía que tenía que ser así pues no iban a proyectar una de estreno a ese precio. Como en los demás cines se agradecía el paso del acomodador con el ambientador dejando en la sala un buen olor y una sensación de frescor.

La década de los ochenta fue nefasta para la supervivencia de los cines en España, y el Teatro-Cine Montalvo no fue una excepción y cerró. Los que tuvimos la suerte de ir con frecuencia nos queda el recuerdo de un cine instalado en un bonito edificio con sus resaltes exteriores en rojo y los bellos decorados de su interior en vestíbulo, sala y marco de la pantalla con el fin de que cuando ésta se retirara para transformarse en teatro realzara el escenario.



Hoy día que los cines se cierran y desaparecen, el antiguo Cine Montalvo por mediación de su actual propietario Javier Ruiz y su familia han conseguido recuperarlo para ofrecer una oferta cultural y de ocio en Cercedilla.

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Agradecemos a Enrique Seseña la foto que inicia este trabajo y muy especialmente a El Aborigen (Javier Ruiz y familia), entidad que ha dado una segunda vida al Teatro-Cine Montalvo, por permitirnos poner las imágenes actuales de las renovadas instalaciones.


Autor: José Manuel Seseña y Angel Caldito.
En este blog también colabora: Ricardo Márquez.

Notas:
[1] Algún teatro portátil, a semejanza de las carpas de los circos, aún recorre España aunque afortunadamente en situación muy diferente a la comentada. La mejor consideración popular hacia estos actores y la mayor sensibilidad de las Consejerías y Concejalías de Cultura de Comunidades y Ayuntamientos en forma de subvenciones, siempre escasas y mas en estos tiempos de dificultades económicas, ha permitido que el arte de Talia llegue adonde no podría hacerlo.
[2] Algunos intentaron varias opciones: unos suprimir la sesión continua, muchos estableciendo el día del espectador y otros convertir la sala en multicines, lo cual no era posible en la mayoría de los casos y los que acometieron esta reforma al final cerraron porque la demanda del público era que fueran muchas salas y no pocas a fin de poder tener una variada oferta de películas en la cartelera.
[3] En la década de los sesenta hubo una pista de verano en Cercedilla llamada “Los Faroles”, desaparecida hace bastantes años al construirse viviendas en ella. Estaba situada en la calle del Carmen.
[4] Hubo una vez que el tradicional horario de las 19,30 horas de la primera sesión fue adelantado a las 19,00 cuando se proyectó la película Horizontes de Grandeza, de extraordinaria duración muy superior a lo normal. En esa ocasión se restringió el tiempo de intermedio de la primera sesión y la salida se produjo a las 22,35 con el público esperando para entrar a la segunda, lo que impidió que ese día tuviera el personal el merecido descanso entre sesiones.
[5] Pude pasar a ver la película “Las Girls” al ir acompañado de mi familia.
[6] La “Casa del Cura” como era habitualmente conocida donde vivía, situada al inicio del “Empedrao”, tenía un salón de televisión donde acudían muchos chavales. La aparición de un rombo llevaba aparejada de forma taxativa el ir todos a la calle con gran disgusto de la chiquillería ya que muchos aún no tenían “caja tonta” en sus casas.
Tanto las películas de antaño no toleradas como las de un rombo en la televisión hoy, en su gran mayoría, podrían pasar por inocentes cintas infantiles
[7] En caso de lluvia la escritura en tiza se borraba y las carteleras se estropeaban.

martes, 5 de enero de 2010

Algo de Toponimia (I)

Plaza de la Independencia o Puerta de Alcalá

Se llama toponimia al estudio de los nombres geográficos. Es una disciplina que tiene múltiples variantes pero de la que solo nos vamos a referir a la denominación de las calles y plazas.

A lo largo y ancho de la geografía española hay unos topónimos que se repiten en numerosas poblaciones, así tenemos estos ejemplos:

Avenidas
De España, del Ferrocarril, del Mar, de la Plaza de Toros, de los Reyes Católicos, de los Toreros ...

Calles
Del Castillo, de la Fuente, de la Iglesia, Madrid, Mayor, Real, del Río ...

Caminos
Del Cementerio, de la Ermita...

Carreteras
De Madrid

Paseos
De la Estación, Fluvial, Marítimo ...

Plazas
Del Ayuntamiento, de la Constitución, España, Mayor ...

Rondas
De Circunvalación ...

Por otra parte hay nombres de calles en la geografía hispana que producen cierta sonrisa tales como ... Calle de Madrid Capital, Calle Coche, Calle Quiniela, Calle Sal si puedes, Bajada al pilón de las bestias ...

y de diversos equipos de fútbol que no mencionamos para no herir susceptibilidades mientras que otras nos indican que tienen un pasado tenebroso ... Muerte, Ahorcado, Traición, Degollados, Verdugo ...

y si nos referimos a personajes a los que se les ha honrado con la asignación de una calle, los hombres superan ampliamente a las mujeres, ahora que está tan de moda llevar la paridad a muchos aspectos sin tener en cuenta que los méritos en determinadas materias puede haberlos mas en un sexo que en otro, sea varón o hembra o viceversa.

También hay nombres de calles que hacen referencia a un día del mes, unas veces por algún acontecimiento trascendental pero otras son de escaso mérito como la de reflejar la visita de un determinado personaje a cierto lugar. En Madrid mencionamos el 28 de Marzo, el 2 de Mayo, el 15 de Mayo, el 7 de Julio, el 25 de Septiembre, el 12 de Octubre y el 6 de Diciembre [1].

La forma de denominación es múltiple: avenida, calle, callejón, camino, carretera, costanilla, cuesta, glorieta, paseo, plaza, travesía, vía ... En Madrid tenemos de todas ellas y de algunas mas no citadas.

Detalle del plano de F.Witt del Rastro, año 1635.

La toponimía de las ciudades está muy ligada a los avatares de la historia, unas veces los cambios han venido impuestos por normativa que obligaba a ello y otras simplemente por alternancia de signo político en las corporaciones municipales. El cambio de un régimen de gobierno en un país puede dar lugar a que mientras un personaje sea en uno de ellos un héroe en el nuevo sea un villano o a la inversa. Actualmente es habitual tomar el acuerdo de asignar el nombre de una calle o plaza a personas con trayectorias relevantes en la actividad profesional que han venido desarrollando cuando ocurre su óbito: artistas, escritores, periodistas, políticos, etc., pues son muy pocos los afortunados a los que se les perpetúa la memoria en vida.

Realizar cambios de nombres por motivaciones políticas son de gran sensibilidad en la opinión pública pues para unos les recuerda un pasado que comparten y para otros todo lo contrario, pero podemos citar de ejemplo algunas vías importantes del Barrio de Salamanca de las que nadie dice nada que llevan 150 años con el nombre de generales que en algún momento de su vida militar sacaron de los cuarteles las tropas bajo su mando a pasear... Las modificaciones cuando se llevan a cabo tienen unos efectos colaterales independientemente de su nada desdeñable costo económico, como son los nombres de centros de salud, de estaciones de ferrocarril, de establecimientos comerciales, adaptación de la vecindad, servicios de Correos, etc. [2].

El Rastro en el plano de Texeira, año 1656.

La implantación de nombres sin tradición local en calles que han tenido siempre la misma denominación es muy difícil que arraiguen en las gentes, existiendo numerosos ejemplos de preguntar por el nombre oficial y no sabernos responder a ciencia cierta, mientras que si lo hacemos por el nombre popular se nos informa inmediatamente [3]. Madrid no podía ser menos en este aspecto y tiene en la actualidad varios casos como son Atocha (Plaza del Emperador Carlos V), El Rastro (Ribera de Curtidores), Glorieta de Iglesia (Glorieta del Pintor Sorolla), Glorieta de San Bernardo (Glorieta de Ruíz Jiménez), Las Vistillas (Gabriel Miró), Neptuno (Plaza de Cánovas del Castillo), Plaza Elíptica (Plaza de Fernández Ladreda) y Puerta de Alcalá (Plaza de la Independencia); y si nos remontamos al pasado están la Cibeles, la Glorieta de Cuatro Caminos, la Gran Vía, el Paseo de Recoletos, la Plaza de Manuel Becerra y otros casos mas que a lo largo de la historia tuvieron nombres oficiales que no llegaron a “calar” en los madrileños y hubo que adoptar el nombre popular.

En el último siglo han sido tres los momentos que han generado importantes modificaciones: la caída de la Monarquía de Alfonso XIII, la caída de la República, y la llegada del régimen actual [4]. En el caso de Madrid hay que añadir otro que es el que tuvo lugar a comienzos de los años cincuenta con los absorción de trece poblaciones de la periferia, hoy barrios madrileños, que tenían nombres redundantes con los de la capital, incluso repetidos ellos mismos al existir barriadas unidas Madrid pero separadas de su casco urbano. Por motivos diversos sigue habiendo denominaciones que se diferencian por el tipo de vía: López de Hoyos, calle y glorieta; Santa María de la Cabeza, paseo y glorieta; Bilbao, barrio y glorieta; Goya, barrio y calle; Recoletos, calle y paseo; etc. y en el pasado incluso coincidentes totalmente siendo el caso mas significativo las dos avenidas de los Reyes Católicos, una Avenida Arco de la Victoria-Plaza de Cristo Rey y otra Plaza de San Francisco-Puerta de Toledo que fue inaugurada por las máximas autoridades y actualmente cambiada a Gran Vía de San Francisco ostentando hasta bien entrado 2.009 una lápida en la pared de Iglesia de San Francisco al lado de la Daliada que decía “Avenida de los Reyes Católicos que el pueblo y el Ayuntamiento madrileños...” siendo muy visible el lugar donde estaba por el muy diferente color de la fachada.

La placa de San Francisco el Grande. Fuente: Nodo50.org

La toponimia de las grandes ciudades está en constante crecimiento pues los nuevos barrios requieren nuevos viales, siendo muy importante en la medida de lo posible sectorizar la denominación de las calles por barrios o zonas, sirvan algunos ejemplos de Madrid: ríos en la colonia El Viso, accidentes orográficos en Vallecas, islas en Fuencarral y Peñagrande, poblaciones que empiezan por A en la colonia San Francisco, monedas en el ensanche de Carabanchel, pueblos de Extremadura en San Ignacio de Loyola.... lo que facilita la labor a todos los profesionales que ejercen su actividad en la calle: taxistas, carteros, repartidores, etc. Pero lo mismo que la toponimia crece, también hay desapariciones a gran escala cuando se reestructuran barrios, sirva de ejemplo, aunque no es el único, la enorme remodelación urbanística de Vallecas en las zonas de Palomeras y Pozo del Tío Raimundo que tiene su inicio en la Plaza de la Asamblea de Madrid.

Plano del anteproyecto de urbanización del Buen Retiro, año 1865.

En próximas entregas haremos un pequeño detalle de aquellas calles, plazas o avenidas mas importantes que han tenido alguna modificación de nombre, ya que razones de espacio nos impiden hacerlo mas amplio.

Continuará.
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Autor: José Manuel Seseña.
En este blog también colaboran: Angel Caldito y Ricardo Márquez.

Notas:
[1] En el pasado hubo mas siendo los mas conocidos el 14 de Abril y el 18 de Julio.
[2] En un periódico de tirada nacional se publicó en 2006 una relación de calles de Madrid que hacen referencia al régimen anterior, cifrándose su número en mas de 300.
[3] Alguna población ha llegado a rotular las calles con el nombre oficial y debajo el popular.
[4] Un cambio importante es el producido al adaptar a la lengua de la zona las denominaciones de las calles (carrer, kalea, rúa) y así con los demás viales (avenidas, plazas, etc.)


Epílogo
Como es norma del blog no opinamos sobre las polémicas que se suscitan con los cambios de nombres.
En todos los capítulos en los que hemos dividido el trabajo hay bastantes mas cambios de los que se han reflejado, reseñando solamente aquellos que estimamos son de mayor interés para nuestros lectores, pues incluir todos excedería con creces el carácter divulgativo que hemos querido dar al tema, no obstante añadiremos un anexo con aquellas modificaciones que nos soliciten ser incluidas, incluidos los de barrios que por centrarnos en calles y avenidas hemos excluido expresamente.

Bibliografía
Guía Oficial de las Vías Públicas de Madrid. Ayuntamiento de Madrid.
Hemeroteca ABC.
Callejeros de diversos años.