lunes, 30 de marzo de 2009

Doctor Zhivago – Moscú en Madrid.


Sin lugar a dudas uno de los títulos más famoso de la historia del cine es Doctor Zhivago, adaptación de la novela del mismo título del premio Nobel de Literatura de 1958 Boris Pasternak. Fue dirigida por el realizador británico David Lean en 1965 e interpretada por Omar Sharif, Julie Christie, Geraldine Chaplin, Tom Courtenay, Alec Guinness y Rod Steiger en los papeles principales.

Obtuvo cinco Oscar de Hollywood entre ellos a la mejor banda sonora concedida al músico Maurice Jarre fallecido el 29 de marzo de 2009 (hace dos días), en Los Angeles ( California). Consiguió tres Oscar con Lawrence de Arabia (1962), Doctor Zhivago (1965) y Pasaje a la India (1984).

Valga pues este pequeña historia para recordar a Maurice Jarre que con su música nos hizo sentir tan maravillosos momentos (el cine no deja de ser música e imágenes).



Se rodó en España, en Madrid y Soria entre otros escenarios. Las calles de Moscú se recrearon en los alrededores del cementerio de Canillas. En las siguientes imágenes podemos apreciar la construcción de los decorados llevada a cabo de septiembre a diciembre de 1965.

Como una de las más grandes producciones cinematográficas de la historia podemos resaltar:

-Doctor Zhivago se rodó desde diciembre de 1964 a octubre de 1965 en distintos lugares de España.

-Los decorados de las calles de Moscú se rodaron en 4 hectáreas de terreno alrededor del cementerio del Barrio de Canillas. Los decorados fueron muchos más grandes que el casco urbano de Canillas en aquellos días.

-Los interiores se hicieron en los Estudios CEA, que fueron ocupados en exclusiva para el rodaje durante parte del año 1965.

- En la parte central de las calles se construyeron unas casas reales (de ladrillos), que sirvieron de platós interiores para el rodaje en muchas de las tomas del film.

Podemos asegurar que fue la obra cinematográfica más grandiosa y en escenarios reales que se hizo en la década de los sesenta, superando en verosimilitud y credibilidad a los largometrajes que se hicieron hasta bien entrados los setentas.

Localización de los decorados del Doctor Zhivago.
Unos de los principales retos que teníamos era saber como y donde se montaron la calle principal donde se rodó Doctor Zhivago.

Sabíamos que fue junto al cementerio de Canillas. En un principio pensamos que pudo ser en la actual calle Silvano, que en aquellos tiempos era uno de los caminos a Madrid.

Analizando el reportaje que acompaña al DVD, vimos que salían escenas del montaje de los escenarios, en concreto se veía unas campanas y las torres.


Si se observa la foto, en el margen inferior izquierda se ven las lápidas y la valla del cementerio, lo que no sabíamos qué es lo que se veía a la derecha, justo debajo de las torres, era algo blanco.

Detalle donde se ve el campanario y las torres.
Nos desplazamos al cementerio. Tan solo hay dos casas en el mismo. Una es la caseta de entrada, situada en el frontal a la derecha, y otra es una caseta auxiliar, situada a la izquierda del frontal.

 Detalle de la caseta auxiliar o pequeña.

Según las últimas aportaciones con comentarios de nuestros lectores, rectificamos la localización y orientación de la calle y decorados que aparecen en la película Doctor Zhivago. Os mostramos como quedaría la nueva orientación de los decorados, cercanos al cementerio de Canillas y en lo que hoy sería la actual calle Silvano. Cualquier confirmación o nueva información será muy agradecida e intentaremos reflejarla lo antes posible.





Se montó hasta un tranvía para la producción. El Tranvía del Doctor Zivago no existe en la actualidad. Hay uno similar para los profanos pero con notables diferencias para los entendidos en el vestíbulo de la estación del metro Pinar de Chamartín. Para los lectores interesados en la historia de estos dos tranvías, les recomendamos el enlace de Andén 2, donde D. José Antonio Tartajo, gran conocedor de los tranvías en general y de los de Madrid en particular, desgrana primorosamente todos los pormenores y vicisitudes de ambos vehículos.

Final de la calle principal, en el lado opuesto al campanario y las torres.

Vista de la calle principal.

Orden de Rodaje de Doctor Zhivago. Cedidas por: Jose Antonio Galvez.

Añadido. 3 de marzo de 2015.
Con estas entrañables líneas Toñi Núñez Iglesias, es-alumna del colegio Cabrini, recuerda lo que fue el rodaje de la película muy cerca de su colegio.

Can we see the street? Eso lo estuvimos ensayando todo el día porque era la clave para pedirle al director de la película si podíamos pasearnos por la calle....artificial. Yo era la primera vez que veía una cosa así, y puse mucha ilusión. El director nos atendió y nos puso a un señor para que nos lo enseñaran. Mis preguntas eran que qué era eso blanco duro como nieve y me nos dijo que era "mármol derretido" para imitar la caída de la nieve. Nos dijo que el tranvía, lo habían traído de Rusia de un Museo, eso nos dijeron. y desde el "Palacio" se veía a lo lejos el KREMLIN muy bonito, de colores... Estaba GERALADIN CHAPLIN con un abrigo de color rosa clarito. Nosotras fuimos con el abrigo gris, hacia mucho frió. Ese mismo invierno, mientras se rodaba cayó una buena nevada, que aprovecharon para rodar escenas de caballos en la nieve, ya que mucha parte de esa película la tuvieron que rodar en Ávila que había mas nieve. y les vino bien. Al final de esa calle, estaba un Cementerio, mas allá, pegando al Cementerio, estaba la Barriada Dirigida de Canillas, que la inauguró Franco y nos llevaron a aplaudir..... él Dictador de pie en un descapotable con su barriga.... saludando....Hay algo que siempre mantuve en el recuerdo, era que en esa zona, había un grandísimo basurero, que el viento a veces, nos llevaba el aroma al Colegio.... era insoportable, cerca de la Escuela de la Policía.. El Colegio tenia unas viñas que las niñas que no teníamos familia para salir en verano.... éramos las que vendimiábamos... ¡qué dolores de tripas...! nos encantaba comerlas directamente... Teníamos tan pocas cosas que esos pequeños premios eran grandes para algunas de nosotras... Éramos internas, pocas externas, en fin.... una historia individual y real...

-.-.-

Autores: Angel Caldito, José Manuel Seseña y Ricardo Márquez.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Canillas y Hortaleza – Segunda parte

SIGLO XVI

Entre los años 1508 y 1512 existen diversos documentos en los que el Alcalde de Canillas se quejaba a la reina Isabel la Católica pues tuvieron que acoger y mantener en uno de los caseríos a las tropas que participaron en la conquista de Granada, y esto ocasionó incluso hambrunas entre los vecinos.

En 1519 Carlos V manda subir los impuestos y esto provoca la revuelta popular de los Comuneros, que pedían la vuelta al sistema de Concejos. Finalmente los señores principales de la zona (como el Duque del Infantado o el señor de Alcobendas) mandaron sus ejércitos contra los Comuneros y vencieron. Hortaleza participó activamente en la rebelión, de ello dan fe los escritos en los que figuran los nombres del Alcalde y varios vecinos que tomaron las armas contra las fuerzas leales a Carlos V.

La ciudad de Madrid ya fue lugar de descanso, tanto para los Reyes Católicos como para su nieto Carlos V. Tanto le gustó a este último que cedió la Villa a su hijo Felipe II siendo aún príncipe, y fue Felipe II quien otorgó la capitalidad de España a Madrid. La población de madrileña creció de forma extraordinaria, llegando a los 100.000 habitantes a finales del siglo XVI.

Panorámica de Madrid (1561), según recreación de P.Schild. Fuente Urbanity.es (Juanjo).
En 1535 se acuerda la construcción de una iglesia en Hortaleza, ya que hasta la fecha dependían de la parroquia de Canillas.
Basado en unos informes hechos entre los años 1528 a 1530 por el heraldo público, se calcula que Canillas tendría 32 viviendas y Hortaleza 40. Aplicando la medía de ocupantes por vivienda para aquella época (3,75 habitantes por vivienda), tenemos una población para Canillas de 120 habitantes y unos 150 para Hortaleza.

Al finalizar la centuria, hacia 1590, el número de viviendas y vecinos en ambas villas se multiplicó por más de dos, siendo los vecinos de Canillas 262 y de Hortaleza 371, veamos pues los factores que influyen en este crecimiento:

La alta natalidad (se estima que eran de unos nueve en cada matrimonio) se veía compensada por una altísima mortandad, sobre todo infantil. Lo que más influyó en el crecimiento de la población fue el establecimiento de la Corte en la Villa de Madrid, que llevó a todos los pueblos del entorno de la Villa a atraer a muchos inmigrantes. Muestra de ello son los apellidos de Canillas de aquel entonces: Camarma, Villacastín, Burgos, Guadalix, Almazán... y en Hortaleza nos encontramos con apellidos como: Villanueva, Maqueda, Lara, Barajas, Daganzo, Olías,.... lo que nos da una idea de la procedencia de los nuevos habitantes.

Analizando los libros de diezmos del Arzobispado de Toledo, única referencia válida ya que hasta la fecha no han sido localizados los libros sacramentales de las iglesias de Canillas y Hortaleza, podemos ver el mecanismo que permitió este crecimiento.

La cercanía a la Villa permitía una rápida entrega de las mercaderías, y así en 1562 encontramos ventas de 24 arrobas de vino de Canillas a Madrid. Fue sin duda la vid la que tomó el relevo a la ganadería, y así muchos pastizales y dehesas fueron convertidas en campos para la crianza de uva. A ellos hay que sumar las nuevas técnicas de roturación que se empezaron a aplicar por vez primera y la utilización de nuevos aperos de labranza, como arados.

Arriero transportando vasijas. Grabado de la colección Civitatis Orbis Terrarum.
Siglo XVI. Fuente BNE.
Todo esto requería tiros de animales, silos, semillas,...... lo que llevaría a pedir préstamos a los vecinos, y favoreció el florecimiento de un mercado de préstamos, nada parecido al que tenemos hoy en día, en donde los prestamistas eran hidalgos de la Villa.

Estos mismos prestamistas tenían muchos terrenos en los pueblos limítrofes a Madrid y eran arrendados por unos 10 años a cambio de una parte de la cosecha. Se daban algunos casos en los que el arrendamiento eran durante la vida de las vides. Los mayores terratenientes eran las familias del Monte, del Prado, de Paz y Vitoria, así como algunas ordenes religiosas.

También se daba bastante trigo y avena, aunque la tierra no era muy propicia para estas plantaciones. Así mismo hay noticias de diversos contratos para la elaboración de pan para Madrid en el pueblo de Canillas, y en Hortaleza había 5 tahonas, cifra demasiado grande para el pueblo. También había una pequeña industria manufacturera que hacia cestos y similares con los juncos de los arroyos.

Croquis del camino entre Madrid y Canillas. 1572. Fuente: Archivo de Simancas.
En 1579 se elabora un estado de posesiones, y consta que Canillas poseía: casa-ayuntamiento, taberna, tienda de abastos y fragua, todo ello en un mismo edificio, y la dehesa de Valdecarros, el Sotillo y una dehesa pequeña en el camino de Canillejas.

Por su parte Hortaleza tenía: una gran dehesa comunal para ganado (en lo que hoy es Av. de Burgos), dos pequeños pastizales, casa-ayuntamiento, carnicería, fragua, taberna y tienda de abastos, que eran casas anexas al ayuntamiento.

Las casas eran de piedra y barro, siendo el techo tejas sobre madera de pino y ripia. Los edificios más significativos eran las iglesias, ya que los Concejos y los vecinos estaban obligados a proveer a la curia el material de construcción (maderas y yesos), y otros materiales como leña. Además contaban con las “bulas del curato” que en determinados momentos les permitía recaudar fondos.

Canillas y Hortaleza y sus dehesas. Siglo XVI.
Vista de Madrid, aproximadamente año 1563. Autor: Antón van der Wyngaerde.

Ya encontramos en la época referencias a la fiesta de San Blas en Canillas y de San Matías en Hortaleza.

Debido al fuerte ritmo de gastos por las guerras, Felipe II subió los impuestos en la década de 1570, multiplicando estos por 2,5. Ello supuso un varapalo a las arcas de los vecinos, y muchos de ellos se vieron obligados a vender sus tierras y posesiones a la hidalguía de la Corte (destacan las compras de la familia de Salmerón). Asimismo fueron recortados los derechos sobre los bienes comunales, acortados los plazos de arrendamiento de las tierras y subidas las rentas.

Si añadimos a todo esto las malas cosechas de la última década del siglo XVI y la aparición de la peste en 1599, tendremos un crecimiento nulo o negativo al finalizar este siglo.

SIGLO XVII

Este siglo viene marcado por la fuerte caída en la población. Baste decir que Canillas contaba con 70 vecinos en 1625, y con tan solo 18 en 1646. Por su parte Hortaleza pasó de los 85 vecinos en 1627 a 58 en 1633, debido a una epidemia de mortalidad acaecida en aquellos años.

Este desplome en la población tuvo consecuencias negativas, ya que la corona seguía demandando los mismo impuestos. Así en 1638 el Corregidor de Madrid mandó a los alguaciles a requisar los bienes de los vecinos. Como curiosidad mencionaremos que al Alcalde de Canillas (Pedro García el Viejo), le fueron requisados 4 fanegas de cebada, la paja, un gallo, 4 gallinas, dos tinajas pequeñas con vino y diversos útiles de cocina. Existen constancias de muchos otros embargos efectuados durante el siglo XVII. Por esto los vecinos se vieron obligados a vender sus tierras a las personas influyentes de la corte, quedando solo un 22 por ciento en manos de los vecinos.

Se crearon nuevos impuestos a la corona, como el Pan de Registro, por el que cada municipio tenía que reservar unas fanegas de trigo para la corona o la obligación de proveer a las caballerizas reales de paja y cebada, y otros muchos como el servicio de los millones, el cientos (ambos consistentes en pagar un tanto por ciento sobre el consumo), y otros puntuales, como el Chapín de la Reina (impuesto para la boda de Felipe IV). En definitiva, impuestos que empobrecieron más al pueblo y retrajo mucho el consumo.

En los años veinte sube al trono Felipe IV, siendo adolescente. Bajo la tutela del Conde Duque de Olivares y para hacer frente a las altas deudas de la corona con los banqueros genoveses decide vender a los vasallos que residían en los realengos. Así el marqués de la Puebla pasó a ser el primer señor del Señorío de Hortaleza y Don Pedro Mesía el de Canillas. Con posterioridad Canillas también pasó a las manos del marqués de la Puebla.

Don Miguel de Salamanca compró el Señorio de Canillas en 1657, y a su vez Don Baltasar Molinet se lo adquirió a su viuda en 1680, quien tras seguir comprando fincas consiguió ocho años después ser nombrado primer Conde de Canillas y empezó la construcción de la iglesia un año después, es decir en 1689.

La iglesia del pueblo de Canillas se llamó de San Juan Bautista. Después fue parroquia de Santa Paula y, actualmente, funciona como ermita de San Blas (Fuente Migueli). Está ubicada en la calle de Los Montalbos, y es sin duda la edificación más antigua de Canillas y Hortaleza.

Ha sufrido numerosas reparaciones, siendo la más importante la de 1968. Se entra por el lado de la epístola, siendo su construcción en cruz latina, aunque uno de los brazos está cerrado y habilitado como despacho parroquial. Dispone de un coro alto situado frente al altar.

Su estado actual es un poco precario, pero todavía podemos ver unos bancos de granito en su entrada y una impresionante pila bautismal que deben de ser de la construcción original.

Una placa moderna nos recuerda que la edificación fue promovida por el Conde de Canillas, aunque han desaparecido el altar y tabernáculo que eran de mármol de Carrara fileteado en oro, el escudo de los Condes y su losa funeraria, bien por desmanes o en las propias restauraciones.



Festividad de San Blas. Año 2014.

Queremos agradecer al APA del Colegio Santa Francisca Javier Cabrini el préstamo del libro que nos ha servido como base para elaborar este artículo y los futuros sobre esta serie.

Autor: Ricardo Márquez.
En este blog también colaboran: Angel Caldito y José Manuel Seseña.

Fuentes:
Hortaleza, pasado y presente de un Distrito.Ayuntamiento de Madrid.
Biblioteca Nacional de España.
Enciclopedia de Madrid Espasa Calpe. Fascículo 54, año 1979
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viernes, 20 de marzo de 2009

Estudios Roptence

Estudios de rodaje y empresa de producción, que se inauguraron el 27 de junio de 1935 en la calle Príncipe de Vergara, propiedad de José Mª Escriñá.

Vista aérea de los estudios, durante la construcción de avenida de América. Año 1952 aprox.
Dichos estudios fueron realizados por el arquitecto José Sanz y disponían de un plató, dividido para facilitar el rodaje de varias producciones a la vez.

Vista aérea del año 1956. Significado de los números:
1- Edificio que actualmente sigue igual. Fueron las oficinas de los estudios, hoy es la sede nacional de ACIT Joven.
2- Plató de rodaje de los estudios Roptence. En 1965 pasó a ser el Cine Mola, el segundo cine más grande de Madrid en sus tiempos. A Finales de los ochenta se convirtió en la macro discoteca Jácara Plató Madrid, hoy cerrada, aunque el edificio sigue en pié.
3- Edificio que adquirió los Laboratorios Madrid Films, al cerrar los estudios Roptence, ya demolido.
4 - Terrenos donde hacían los rodajes exteriores.
5 - Plató pequeño de rodaje.


Para ver una animación de la zona del año 1956 al año 2006 pulse aquí.


Roptence debutó la producción en 1936 con el largometraje Rinconcito madrileño.

Plano de situación de los Estudios Roptence.
De 1936 a 1939 los estudios se paralizaron debido a la guerra civil que sufría Madrid. En 1941 comienza una ampliación de sus instalaciones, construyéndose una nueva nave para los rodajes y disponiendo de un terreno al lado para los rodajes en exteriores.

Decorados en los estudios (foto cedida por el Archivo Regional de Madrid).

En los estudios Roptence se rodaron algunas de las mejores películas del cine español como, Inés de Castro, Héroes del 95, Faro, Una herencia en París, Porque te vi llorar o El alcalde de Zalamea.

Rodaje de la película El Amor Brujo – Año 1949 – Fuente: Memoría Visual de España - NoDo.


Cartel de película. Una herencia en París.


Edificio y oficinas



El rodaje de la película Wolfram, que no se llegó a terminar, fue el detonante para la quiebra de los estudios el 9 de julio de 1950, Roptence cerraba sus puertas. Después de la venta de parte de sus instalaciones y alquiler de sus laboratorios a Madrid Films, cerraba definitivamente en 1956.

Foto actual.

Actualmente se puede observar parte de uno de sus edificios, que aún se conserva en la moderna urbe madrileña.

Foto actual.


Autor: Angel Caldito
En este blog también colaboran: José Manuel Seseña y Ricardo Márquez.


Fuentes: BNE , Archivo Regional de Madrid y fotos del autor.

lunes, 16 de marzo de 2009

Anecdotario Tranviario – El Alcalde en un atasco de tranvías.

Iniciamos hoy en el blog un nuevo tema dedicado a las anécdotas que tienen que ver con los tranvías madrileños. Son situaciones jocosas que provocan hilaridad desde la perspectiva que da el tiempo pero que en su momento pudieron tener algunas de ellas situaciones dramáticas o conflictivas entre los que las vivieron, otras simplemente son sucesos históricos en los que se han visto inmersos los tranvías. Las hemerotecas están llenas de ellas aunque no todas las que posteriormente puedan ir apareciendo procederán de esa fuente pues también las hay de la recogida de testimonios orales.

Las anécdotas tranviarias ya han tenido cabida en diversos temas tratados anteriormente en el blog como son en Primera toma cinematográfica en Madrid, donde se habla del paso de las señoras por la Puerta del Sol esquina a Montera y en los Kioscos de la Ciudad Lineal, donde se comentan los consejos paternalistas de D. Arturo Soria.

La que hoy comentamos está recogida por D. Carlos López Bustos (q.e.p.d.) ampliada con aportaciones personales en base a sus trabajos inéditos con el fin de situar al lector en la coyuntura en que sucedió y tiene que ver con la Gran Vía que el próximo año celebrará el cien aniversario del comienzo de las obras, conmemoración para la que se anuncian diversos actos. Vayamos ya sin mas preámbulos.

En 1.928 se encontraba en obras el tercer trozo de la Gran Vía, entre la Plaza del Callao y la Plaza de España.

Construcción del tercer tramo de la Gran Vía. La parte central de la foto corresponde a lo que fue el tramo intermedio suprimido de la calle Flor por donde bajaban los tranvías a la actual Plaza de España. Fuente: http://www.urbanity.es/ (Juanjo).
Los tranvías en la plaza de Santo Domingo tenían dos direcciones, una hacia Quevedo por donde iban las líneas 3, 13 y 14 y otra hacia la Plaza de España utilizada por las líneas 8, 9, 10, 21, 22, 27, 33, 34 y 41.

Los que se dirigían hacia la Plaza de España compartían trazado con los de Quevedo por la calle de San Bernardo hasta el cruce con la de Flor donde se desviaban para seguir por ésta y llegar a Leganitos que desde aquí tenía doble vía. Los inversos iban directamente a Santo Domingo por Leganitos en la que por su estrechez en la parte alta solo tenía una vía a partir de Flor.

El avance de las obras de la Gran Vía cortó a partir del 4 de Enero de 1.929 la circulación tranviaria por la calle de la Flor entre la calle de San Bernardo y la de Leganitos, pues el tramo comprendido entre San Bernardo e Isabel La Católica quedaba “engullido” por la Gran Vía.

Esta supresión hizo que todos los tranvías que iban hacia la Plaza de España se tuvieran que desviar por Leganitos compartiendo el tramo de vía única entre la Plaza de Santo Domingo y Flor lo que fue causa de frecuentes atascos tranviarios y automovilísticos. En uno de ellos, unos días después del cambio de trazado, se produjo un colapso de tranvías de colosal magnitud pues, a pesar de que por las obras fueron eliminadas con carácter definitivo las líneas 33 y 34, pasaban por este punto crítico siete mas.

Y aquí viene lo anecdótico para darnos cuenta de cómo sería la envergadura del problema pues dio lugar a que se personase el Alcalde D. José María de Aristizábal Manchón (1.927-1.930) para estar “en primera línea” y ver las medidas adoptadas para su resolución. Es una situación que nos resulta increíble en la actualidad porque si el primer edil de cualquier gran ciudad acudiera a las retenciones circulatorias que acontecen diariamente no haría otra cosa. El Alcalde en la reunión del Ayuntamiento del 12 de Enero de 1.929 propuso a la compañía de tranvías la construcción de una vía por la calle de Isabel La Católica.

Los atascos tranviarios cesaron el 27 de Septiembre de 1.929 al entrar en servicio para bajar a la Plaza de España la nueva vía instalada por Isabel la Católica desde la Plaza de Santo Domingo hasta unirse con la de Flor Baja[1] que estaba desde el 4 de Enero sin funcionamiento entre esta confluencia y la de Leganitos.


Autor José Manuel Seseña Molina
En el blog Historias Matritenses también colaboran Ricardo Márquez y Ángel Caldito

[1] La calle de la Flor iba desde la calle de los Libreros a la de Leganitos. Como consecuencia de las obras del tercer tramo de la Gran Vía, llamado Eduardo Dato, quedó dividida en dos trozos inconexos denominándola desde entonces a la parte de la calle de los Libreros “Flor Alta” y a la parte de la calle de Leganitos “Flor Baja”.

jueves, 12 de marzo de 2009

Canillas y Hortaleza. Primera parte.

Siglos del XI al XIII – Conquista y repoblación Cristiana.

Las ciudades toman un gran protagonismo erigiéndose en los verdaderos baluartes de la conquista entre el Duero y el Tajo. Curiosamente esta zona era denominada la Extremadura Castellana. Debemos de tener en cuenta que además de conquistar y doblegar a las fuerzas musulmanas era también muy importante el asentar lo conquistado y mantener las fortalezas necesarias para evitar el perderlas de nuevo.

Es bajo el Reino de Castilla cuando se dictan los Fueros (leyes) siendo su órgano de gobierno los Concejos, creándose así la Comunidad y Villa de Madrid.

Fuero de Madrid, año 1202. Fuente: Archivo de la Villa.

El poder otorgado a las ciudades Concejos y Comunidades de Villa y Tierra realengos sirvió a la corona para contrarrestar el poder de los nobles del norte de Castilla. Por otra parte, este poder era un incentivo para los nuevos pobladores, que pasaban a formar parte de una sociedad más libre que bajo el mandato de los señores feudales.

En la ciudad principal el Concejo ejercía mediante los Fueros realengos el dominio sobre las aldeas de los territorios que estaban bajo su jurisdicción. Los territorios eran llamados alfoces (Rae, Alfoz: Conjunto de diferentes pueblos que dependen de otro principal y están sujetos a una misma ordenación.), términos o tierras.

El Fuero establecía los derechos y deberes de los ciudadanos que se adscribían a las Comunidades de Villa y Tierra, dando derecho al uso de los recursos naturales, llamados bienes comunales.

Las primeras oleadas de pobladores (todos venían del norte de Castilla) fueron muy escasas en cantidad. Tengamos en cuenta la gran extensión de terreno (1.500 kilómetros cuadrados) desde la sierra de Madrid y que el territorio estaba muy poco poblado por los musulmanes. Todo esto llevó al Concejo a dictar unas ordenes para que fueran poblados los márgenes de los arroyos y ríos, concediendo a los nuevos habitantes dispensas fiscales y un amplio uso sobre los bienes comunes, dehesas y prados para el ganado.

Repoblación de Madrid. Siglos XI al XIII.

Es así como nacen los primeros asentamientos al noreste de la Comunidad y Villa de Madrid, en torno a los arroyos Valdebebas, Hurtamojones, Gaciruelo,.... y es en el arroyo de Rejas donde se establecen las primeras casas de Hortaleza y Canillas, equidistantes a dicho arroyo, y separada una de otra por cuatrocientos pasos. El arroyo de Rejas discurría por la actual Gran Vía de Hortaleza.

Trasposición de los antiguos asentamientos. Siglo XIII aprox.
En el siglo XIII aparecen por primera vez los nombres de Hortaleza y Canillas, con relación al comercio entre ambas villas y la Villa de Madrid, siendo sus principales transacciones cabezas de ganado, hortalizas y cueros. Canillas figura ya con iglesia y dezmería (según la RAE: Territorio del que se cobraba el diezmo para una iglesia o persona determinada). Además existen escrituras de compras de terrenos por parte de las monjas dominicas en el año 1252.

Comunidades de villa y tierra. Siglos XI al XIII
Siglos XIV y XV.
Comienzan con una gran depresión económica, recesión demográfica y crisis de los feudos. Los reyes disuelven los Concejos y mandan hacer los Regimientos (conocidos también como Concejos cerrados) por el que el gobierno de las ciudades pasa a las manos de las personas más importantes de las villas, haciéndose los cargos hereditarios y reservándose para si las funciones más importantes, sobre todo las de las rentas.

Después de la guerra por el trono entre Pedro I de Castilla y su hermanastro Enrique II, este último sale vencedor y concede a los que le han secundado una gran parte de los bienes comunales.

Pestes y guerras despueblan mucho las alquerías y caseríos, y desaparecen muchas. Tanto Canillas como Hortaleza cambian su ubicación alejándose del arroyo de Rejas y situando sus nuevos núcleos en las lomas más elevadas del contorno, donde hoy se encuentran los cascos históricos de ambos. Los motivos fueron dos: alejarse de la fuente de infecciones que suponían las aguas del arroyo y vigilar los alrededores para protegerse de posibles ataques de bandas armadas.

En la segunda mitad del siglo XV se sale de la crisis y se empieza a recuperar lo perdido. Así lo atestigua este legajo de 1461 en el que la Villa de Madrid cede a los vecinos de Hortaleza una dehesa para que pazca el ganado (Fuente: Archivo de la Villa).



Otro hecho positivo se suma a la reactivación en 1463, cuando Enrique IV de Castilla concede la licencia a la Villa de Madrid para celebrar un mercado semanal. Sin lugar a dudas esto incrementó de forma sustancial el comercio de todos los pueblos cercanos a Madrid, entre ellos Canillas y Hortaleza.

Los impuestos que soportaban los pueblos eran: derramas para construcciones puntuales, por ejemplo caminos; gastos comunes para el ayuntamiento y la corona. Además había unos impuestos extraordinarios para grandes empresas como la construcción del Palacio del Pardo o la guerra para la conquista de Granada (1482-1492). A cada municipio le eran demandados un número de hombres y cabezas de ganado, y el municipio optaba entre entregar estos o su equivalente en dinero. Para municipios tan pequeños como Canillas y Hortaleza esto supuso un gran sacrificio.


La Villa de Madrid durante el reinado de los Reyes Católicos. Fuente: www.bne.es


Hasta aquí esta primera entrega de lo que confiamos que sea una larga serie. Esperamos vuestros comentarios para poder mejorar y aportar más datos en la medida de nuestras posibilidades.

Queremos agradecer al APA del Colegio Santa Francisca Javier Cabrini el préstamo del libro que nos ha servido como base para elaborar este artículo y los futuros sobre esta serie.


Autor: Ricardo Márquez.
En este blog también colaboran: Angel Caldito y José Manuel Seseña.

Fuentes:

Hortaleza, pasado y presente de un Distrito. Ayuntamiento de Madrid.
Biblioteca Nacional de España.

martes, 10 de marzo de 2009

URBAN IDADE en “DIARIO DE FERROL”

Es para nosotros un placer el divulgar que nuestro amigo Enrique, autor y creador del blog Urban Idade, ha sido mencionado en el Diario de Ferrol ayer 09 de Marzo de 2009.

Sirva este referencia para hacer extensible nuestro reconocimiento a su trabajo en esta restropectiva de la historía, que Enrique como nadie nos ayuda a conservar.

viernes, 6 de marzo de 2009

El Mielero

Voy a hablar del personaje que en los años sesenta y setenta su presencia se prodigaba en diversas zonas de Madrid con cierta asiduidad.

Su vestimenta era, generalmente:

- Boina
- Chambra
- Pantalón de pana
- Alpargatas

muy adecuada para dar a entender a los clientes que “venía del pueblo”.

Fotografía de un mielero. Fuente: Fototeca de la Kutxa.

Sus “herramientas de trabajo” eran:
-Un recipiente en forma de tonelete donde llevaba la miel, su producto principal, llevándolo cogido mediante unas asas largas de cuero que colgaban de uno de sus hombros. La parte superior tenía una mitad fija y otra mitad móvil cuya tapa giraba alrededor de una bisagra.
-Un cacillo de mango largo, introducido en el tonel, con el que servía la miel a los clientes.
-Un saco, colgado del otro hombro, en el que llevaba otros productos, generalmente embutidos y quesos, fabricados de forma artesanal en pequeña escala por humildes ganaderos del mundo rural.
-Una pequeña romana para pesar los artículos que vendía aparte de la miel.

Fotografía de Alfonso de un mielero en Madrid. Se puede apreciar los instrumentos que utilizaban.

Era un típico vendedor ambulante que en zonas urbanas subía piso por piso llamando a las puertas y en zonas suburbanas también iba puerta por puerta pero voceando la mercancía:

-¡El mielero!
-¡Miel de La Alcarria!
-¡A la rica miel!

La miel, el mas importante artículo de venta que da nombre a su actividad, es el producto alimenticio azucarado producido por las abejas melíferas a partir del néctar de las flores o de otras exudaciones de las plantas que ellas mismas liban, transforman y combinan con sustancias propias, almacenan y dejan madurar en los panales de la colmena. Su presentación mas común es la miel líquida y en función de la planta libada puede ser de muy variados tipos: azahar, brezo, castaño, encina, eucalipto, lavanda, pino, romero, tomillo ... y de mil flores cuando la flora predominante no llega al 51%.

Estatua erigida en honor a los mieleros, en el pueblo de Peñalver – La Alcarría (Guadalajara)

Respecto al origen de la miel utilizaban el reclamo de Miel de La Alcarria, comarca mielera por excelencia de la provincia de Guadalajara, pero no siempre era de ahí porque en España hay también otras zonas apícolas con gran producción y similar calidad pero sin tanto renombre. Esto nos plantea la pregunta del millón ¿todo lo que se anuncia de un sitio es de allí o de otro? ¿hay producción suficiente para lo que se anuncia como tal?. Viene a la memoria, además de la miel de La Alcarria, el jamón de Jabugo, las judías del Barco de Avila, los garbanzos de Fuentesaúco, el arroz de Calasparra, el chorizo de Cantimpalos ...

La propia naturaleza de la venta les hacía a los mieleros ser muy andariegos. Algunas veces se les veía ir en los trenes de madera de tercera clase, unas veces para vender en pueblos y otras para comprar y traer los productos a “la capital”.

Generalmente eran transeúntes en Madrid, por lo que pasaban la noche en pensiones donde los productos no los podían conservar como es debido. Este tipo de venta a granel de la miel y sin registro sanitario de embutidos y quesos carecía de medidas de higiene y constituía una gran riesgo para la salud.

En esta época siempre había algún desaprensivo que formando parte de la cadena alimentaria era puesto a disposición judicial por tener un matadero clandestino de burros, haber hecho embutidos con carne de cerdo no apta para el consumo, poner en circulación productos lácteos deficientes ocasionando su ingesta las fiebres de malta, falta de peso en el pan, huevos en mal estado, pesos trucados ... y en fechas mas recientes el asunto del aceite de colza. La hemeroteca es abundante en estos sucesos localizados en toda España, no solo en Madrid.

A pesar de que actualmente se tiene una gran información sobre la higiene alimenticia, fechas de caducidad, registro sanitario, componentes, etc. hay todavía quien “se la juega” por el precio mas barato sin mirar los demás condicionantes. En resumen “si alguien vende es porque alguien está dispuesto a comprar”.

Cuadro del Museo Virtual San Luis.org.

En recuerdo de este peculiar vendedor ambulante que recorría nuestros barrios ofreciendo sus productos.

Autor José Manuel Seseña Molina.
En el blog Historias Matritenses también colaboran Ricardo Márquez y Ángel Caldito.